martes, 29 de mayo de 2012

PRIMER ENCUENTRO NACIONAL DEL GRR EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA 2012



El Grupo de Reflexión Rural ha realizado un primer Encuentro Nacional los días 25, 26 y 27 de mayo en la Ciudad de Córdoba, con la presencia de compañeros de las diferentes  zonas geográficas del país. El encuentro resultó de especial relevancia por los temas tratados, con enfoques que incluyeron diálogos e intercambios de opiniones sobre las condiciones políticas, económicas, culturales actuales, tales como la crisis Europea y la acumulación de conflictos sociales en nuestro país, y  el modo en que estas situaciones derivan en consecuencias que empiezan a ser inmanejables.

Importantes transformaciones nacionales y globales que se suceden o que preparan su estallido probable en los meses próximos y nos afectarán por décadas, obligan a que sentemos posiciones que permitan prepararnos para encarar esos desequilibrios y sus consecuencias en la vida y en los ecosistemas. Estamos frente a modelos económicos que sólo ofrecen múltiples colapsos y no vemos voluntad de poner en práctica una pertinente preparación ante estos deterioros de índole industrial, comercial, agrícola y en suma, ambiental. Se trata para nosotros, por sobre todo, de proteger los saberes y redes humanas. Vemos a muchas comunidades en el mundo con las mismas preocupaciones, que toman los recaudos necesarios. ¿Qué ocurre mientras tanto en nuestro país? Los gobiernos nacional y provinciales, lejos de prepararnos para una alternativa más humana y ambientalmente equilibrada, abundan y se extravían en fantasías bursátiles y en discursos inconducentes. Continuamos pensando que hay enormes potencialidades en cada municipio, y que cada comunidad debería organizar instrumentos de resistencia, fundados en lo que denominamos una “economía en defensa propia”. Aún más, proponemos que esta iniciativa pueda convertirse en una campaña nacional que responda a la diversidad de estrategias de cada lugar y de cada momento. No hay ninguna razón para sostener el actual apego a ilusiones como la modernidad periférica, el progreso subordinado, el “crecimiento” estadístico, la quimera del consumo, el abastecimiento a los mercados globales y la competencia.

El encuentro realizado, tuvo también, el carácter de seminario intenso, con una fundamentada revisión de conceptos y paradigmas, que nos llevó a reconectar áreas y saberes que en la academia insisten en mantener como fragmentos desconectados en vez de constituyentes de una totalidad. Estamos convencidos que, no hay recetarios prácticos ni reducción tecnocrática de consumo, o “capitalismo verde” en cualquiera de sus variantes, que permitan superar la catástrofe de una humanidad y otras especies  en riesgo de extinción. El GRR no reduce la acción a la suma de recetas prácticas y, aunque no las rechaza, las acepta sólo como parte de una totalidad que integre lo filosófico, lo técnico-jurídico-político y lo material. Son tres dimensiones inseparables. Una forma de defendernos es recuperar el control comunitario sobre el circuito del dinero y los gastos, en vez de delegar a estructuras que, buscando ventajas circunstanciales, recortan únicamente el segmento rentable de la realidad, condenando a los pueblos a quedarse con un exiguo resto: una economía de sobrevivencia basada en el arrebato entre vecinos.

Abogamos por una producción propia de alimentos, así como respaldamos el tendido de redes de comercio locales, de oficios, la revalorización de la comunidad en vez de nutrir mercados anónimos e insaciables, pues las comunidades y municipios, nuestros agricultores, artesanos, pescadores artesanales, pequeñas industrias y comercios no tienen ninguna obligación de trabajar para economías ajenas ni tampoco poner a disposición de negocios privados el territorio, las cuencas, pastizales, cordilleras, estepas o selvas como si fueran zonas de sacrificio. ¿Por qué deberíamos sacrificar el presente y futuro de los argentinos, para  núcleos de poder que solo buscan darle respaldo tangible a divisas que se han transformado en papel pintado? No estamos hablando del tan temido “nacionalismo de recursos”, sino de nuestra recuperación legítima de los bienes comunes, necesarios para vivir dignamente en este territorio sin afectar ni ser afectados de ninguna manera por apropiaciones externas que excedan o tengan prioridad sobre esas necesidades.

Este primer encuentro nacional ha servido para ratificar y profundizar una vez más, las razones que el GRR ha venido promoviendo en sus diversas campañas, tales como la vuelta a una ruralidad que ocupe las inmensas zonas actuales de despoblamiento y de saqueo. La actual obsesión por el “rinde” y la rentabilidad,  solo atiende a una cadena individualista y excluyente de actores económicos, en vez de atender necesidades materiales y no materiales de la sociedad en su conjunto. Las condiciones para “volver a la tierra” significan para nosotros reinstalar una autentica decisión política que, no es una bucólica y romántica aspiración, sino la voluntad de aceptar rigurosos desafíos: científicos, tecnológicos, industriales y agrarios. Esta decisión sin duda incluye a las ciudades que, previsiblemente no podrán sobrevivir a los vaivenes, colapsos financieros y de suministro de bienes y servicios, tales como transporte, energía y alimentos.

En definitiva, hemos ratificado en este encuentro, nuestra esencial característica de grupo de afinidad con vocación de pensar y debatir colectivamente aquello que consideramos los grandes temas del momento. También ratificamos la voluntad de persistir  en anticipar los riesgos y los horizontes de conflictos, así como continuar impulsando o generando redes, campañas y movimientos a favor de la vida en su más extensa interpretación. Asimismo, nos preocupa como nunca antes,  la necesidad de una reflexión sobre el Poder.  Cuando el modelo agro exportador y de industrialización de la ruralidad al servicio de los mercados globales, se ha instalado en toda la extensión del territorio, consideramos que las dirigencias políticas son meramente gerenciales y que el manejo del Poder no está en ellas sino en las Corporaciones. De tal manera los procesos de la Liberación Nacional con Autonomía Alimentaria que impulsamos, deberían reconocer los nuevos desafíos de la Colonialidad y evitar las seducciones y trampas de cambios políticos o gerenciales que no impliquen la modificación de aquellas dependencias que conciernen al modelo mismo, modelo extractivo y agro exportador y cada vez más y más institucionalizado.

Celebramos nuestras luchas, en medio de tantos simulacros y trasvestimientos que ocultan la fragmentación y el sometimiento de la Nación, tanto como la indigencia y la sistemática destrucción de una población sometida al asistencialismo y a una urbanización compulsiva.
Estamos convencidos que la Argentina con la que soñamos es tan posible como necesaria y renovamos nuestras esperanzas en lograrlo mediante las luchas y la extensión de una nueva conciencia ecológica.
Dado en la Ciudad de Córdoba, mayo del año 2012

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