miércoles, 21 de septiembre de 2016

Improvisación y Grandes Industrias en Puerto Ruiz

El FORO AMBIENTAL GUALEGUAY desea manifestar su preocupación en relación a la instalación de industrias  de las empresas FRONTERA S.A. Y A.F.A.O.  S.A. en Puerto Ruiz.
El proyecto incluye la instalación de una “Planta de generación de 25 MW de energía eléctrica mediante la utilización de biomasa forestal”, una “Planta para la producción de hormigón celular”.
Con fecha 30 de Agosto de 2016, el Consejo Deliberante sanciona la ordenanza nº 2812/16 que en su art. 1 dice: “Declárase zona de radicación industrial a la fracción de terreno ubicada en inmediaciones de Puerto Ruiz, 1º Distrito-Cuchilla, Dto. Gualeguay”…
Dicha ordenanza fue aprobada por 6 votos a favor y 5 votos en contra.
Nuestra preocupación como Foro es:
-¿Por qué se eligió ese lugar?
-¿Es el precio a pagar para que finalmente se les haga el asfalto al camino que tanto necesitan los habitantes del Puerto?
-¿En qué quedó el Plan Estratégico Gualeguay que contó con el apoyo y participación de todas las instituciones intermedias de Gualeguay?.  En ese Plan se determinó un lugar DISTINTO al elegido actualmente para la radicación de un Parque industrial. Este punto ¿No requeriría un profundo análisis sobre costos e impacto ambiental?
El lugar elegido por la ordenanza  requiere la expropiación de 40 has. A un vecino de la zona y altos costos de refulado.
-¿No es inundable la zona elegida?
-¿No es contradictorio este Parque industrial al “Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible del Delta del Paraná”?
En el Plan Estratégico Gualeguay se expresa que el TURISMO representa una de las principales actividades que generaría el desarrollo y crecimiento buscado para avanzar hacia mejores condiciones de vida y sostenibilidad.
Por otro lado, la ley Nº 6260 de “Prevención y control de la Contaminación de parte de las Industrias”, en su decreto reglamentario Nº 5837 en su art. 8 inc. C determina que: “Deberá existir una separación adecuada de zonas urbanas y zonas suburbanas destinadas a viviendas y comercios..”. Esta ubicación del Parque Industrial ¿Respeta a los habitantes del Puerto?.
Nos preocupa mucho repetir viejas experiencias en relación a empresas que no son controladas adecuadamente, (Soluciones Ambientales, Soychú, Quimiguay S.A.) por las autoridades gubernamentales que afectan a diario nuestra salud y calidad de vida.
Este Proyecto AÚN NO HA PRESENTADO EL ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL.
No nos oponemos al trabajo ni a la creación de un Parque industrial. Sólo esperamos que se lleven a cabo proyectos elaborados y analizados en profundidad por personas capacitadas y que cuenten con el consenso social.

FORO AMBIENTAL GUALEGUAY 16/9/16.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

SIN LICENCIA SOCIAL

Resistencia ciudadana por los
ríos Gualeguaychú y Gualeguay

En la cuna de la revolución, Gualeguay, debieran escuchar mejor a los vecinos, y lo mismo en Pueblo Belgrano que supo estimular la democracia deliberativa. El ambiente revela hoy nuestras flaquezas.


Si las autoridades de Pueblo Belgrano y Puerto Ruiz se hacen unos días para la poesía y la historia hallarán senderitos insospechados.
“Todo está como era entonces, la casa, la calle, el río”, dice Olegario Andrade en Gualeguaychú. Los vecinos lo toman muy en serio cuando advierten que el interés inmobiliario pone en riesgo ese tesoro que es el río.
Y les ocurre a los habitantes de Puerto Ruiz, la cuna de Juan L. Ortiz que ve a Entre Ríos “vestida de un silencio verde y feliz de campo, toda húmeda de una alegría de arroyos, con una cabellera densa de árboles libres”.
En el mismo lugar, industrias con caños al río. En el mismo lugar, crecientes que alzan basurales para decorar la fronda con bolsas de nylon, por nombrar lo más decente.
“Este paisaje es mi alma y será siempre mi alma”, dice Juanele, y no sabe de estas amenazas Siglo XXI.

Trabajo quiero trabajo

Pobladores de ciudades del sur entrerriano reclaman contra diversas obras que pueden afectar la salud ambiental y afirman que los proyectos sostenidos por intendentes no cuentan con licencia social. O, por lo menos, que las autoridades no se abren lo suficiente al dialogo fecundo.
En el barrio náutico proyectado en el río Gualeguaychú y el parque industrial habilitado esta semana en Puerto Ruiz junto al Gualeguay están los focos de un conflicto que se extiende.
La comunidad necesita una actividad económica. “Trabajo quiero trabajo”, canta Atahualpa Yupanqui, y él vivió a orillas del Gualeguay.
Las autoridades van por industrias y complejos inmobiliarios. Hace algunas décadas eso caía bien. Pero hoy también ponemos mayor énfasis en dos cosas: la conciencia ambiental, y la experiencia de los pueblos en cuanto a sus derechos, por ejemplo, a no dar licencia social si el emprendimiento es inconsulto o nocivo, o si incumple derechos precautorios.

Primeros patriotas

Esta situación actual contrasta con las expectativas del arte y con la historia de nuestras comunidades.
Corría el año 1810 y ya la zona entre Gualeguay, Larroque y Galarza daba a la América del Sur los primeros combatientes indios y criollos por la independencia (tras la resistencia charrúa de casi tres siglos).
Se llamaron Bartolomé Zapata, Juan Juan, Pata de Bola, Pedro el Cordobés, el Rubio Chileno, entre otros, como bien lo cuenta Humberto Vico.
Por eso el triángulo que forman Larroque, Galarza y Gualeguay es el país de la libertad con eje en el río que alguna vez se llamó Igüigüití, donde Yupanqui tuvo un rancho alguna vez.
Y allí arrasó también el ciclón de Francisco Ramírez contra una invasión porteña en 1817, unos dicen en las puntas del arroyo Ceballos, otros dicen más al norte, no importa el punto exacto.
Es el mismo sitio donde Tomás de Rocamora escribió al virrey que contuviera la ambición de los terratenientes, para que encontrara acomodo el pobre vecino.

Ambiente y progreso

A 200 años de aquellas manifestaciones de democracia popular, directa, encabezadas por Bartolo Zapata con las incipientes montoneras, los vecinos de hoy piden ser escuchados para que la gente encuentre un trabajo decente que le permita mantener las familias, y para que el río no se convierta en un basural.
Algo similar pasó en Fran Bentos, donde las autoridades pretendieron generar fuentes de empleo con una inversión multimillonaria, la pastera de UPM Botnia, y con la excusa del empleo quedaron muy pocos puestos de trabajo y muchos problemas ambientales y sociales, además de una matriz productiva a escala y una enemistad interminable.
Compatibilizar el trabajo decente con la economía sustentable, con el paisaje, con la armonía del humano en la naturaleza, el buen vivir: he ahí la complejidad de la política.
Las organizaciones ambientales de Gualeguay han encendido varias veces su luz de alarma. Días atrás leíamos la carta del ingeniero Carlos Weber, nacido en Larroque, que intenta un área protegida de usos múltiples junto a Puerto Ruiz, y que en vez de respuestas encuentra ordenanzas que consolidan industrias en lugares no adecuados.
La carta advierte sobre la situación de varias empresas contaminantes, y de proyectos para fábricas junto al río de Juanele, frente a la casa de Juanele.
Si el Paraná y el Uruguay están en problemas, qué decir del Gualeguay que suele tener una caudal muy menor en tiempos de seca.
Pero ¿qué es lo que pide Weber, muy conocido en Paraná por sus aportes en las asambleas ecológicas y en la defensa contra las erosiones, junto al pionero de la conservación Egidio Scotta?
Diálogo. Eso pide. ¿Es mucho?
“Hay otras formas de trabajar, de vivir sin olor, sin humo, sin matar el río, los peces, las nutrias, las vacas… vamos a pensarlo entre todos”, dice y nos hacemos eco de ese reclamo que suena a lamento.

En Pueblo Belgrano

Dice el estudioso Américo Schvartzman que su obra Deliberación o dependencia se inspiró en Pueblo Belgrano, al analizar el principio de “licencia social”.
Paradojas: hoy los vecinos de la zona le reclaman al intendente de Pueblo Belgrano que no haga oídos sordos con el tema de Amarras.
“Hasta 2007 esta pequeña localidad era jurisdicción municipal de la ciudad de Gualeguaychú… La lucha gualeguaychuense en contra de la instalación y funcionamiento de la fábrica de pasta de celulosa ubicada sobre la orilla oriental del río Uruguay, en la ciudad uruguaya de Fray Bentos, marcó la consolidación y crecimiento de una conciencia ambiental inédita en la zona, y en particular en Pueblo Belgrano donde se plasmó una novedad institucional que -hasta la edición de este libro- no se conoce en otro municipio de la Argentina”, dice Schvartzman.
Se trata de “la existencia de una ordenanza local sobre ‘licencia social’, que habilita de manera amplia ‘a los ciudadanos de Pueblo Belgrano una herramienta válida que les permita incidir y decidir sobre todos aquellos casos o situaciones en que se vean afectados, real o potencialmente, sus derechos a un medio ambiente sano y a su salud’. Es la ordenanza número 20, aprobada el 21 de mayo de 2008”.
El profesor y periodista uruguayense reconoce que la norma exhibe muchos problemas de técnica legislativa pero le reconoce el mérito de estar en la vanguardia.

El barrio náutico

Sin embargo, con esa historia digna de aplauso  el problema que enfrentan los vecinos del río y los ecologistas de la región radica en que se sienten ninguneados.
De ahí que algunos habitantes de Gualeguaychú ya vean abierta la vía penal contra el municipio de Pueblo Belgrano, porque su intendente Mauricio Davico le dio luz verde al barrio náutico Amarras del Gualeguaychú cuando el certificado de aptitud ambiental está suspendido desde hace ocho meses.
Es decir, en lugar de licencia social, diálogo, consenso, participación, democracia deliberativa, lo que tenemos es una determinación al filo de la ley y una pelea en la Justicia.
Los asambleístas sospechan que las autoridades de Pueblo Belgrano tienen todo cocinado, porque no dan respuesta a estudios que mandan a hacer de nuevo el proyecto si no cumple con requisitos elementales. Se está erosionando la confianza y eso es difícil de curar.

Segregación social

La agencia AIM entrevistó a Natacha Crimella del colectivo Salvemos el río. La gualeguaychuense aseguró que el country promueve la segregación social y perjudica el ecosistema, y alertó sobre los efectos de las obras con mayores inundaciones ante las crecientes periódicas del río Gualeguaychú.
Se recordará que hubo varias acciones para frenar los movimientos del suelo, incluso una presentación del abogado y militante social Julio Majul con razones contundentes.
La provincia había suspendido una resolución que aprobaba los estudios de impacto ambiental, y hoy cuenta ya con informes de la Universidad Nacional de La Plata y de la UTN, pero el gobierno demora un fallo definitivo. Por eso los vecinos entienden que el intendente Davico se apuró, sin contar con la habilitación, y mientras tanto la provincia admite que el municipio tiene autonomía para actuar… ¿No estarán jugando con las expectativas de los habitantes del sur?

Banderas de rendición

Es probable que los estudios de impacto digan cosas distintas. Si los vecinos de Gualeguay y Gualeguaychú se toman unos mates con los intendentes y escuchamos a Yupanqui, acordaremos la necesidad de trabajo, “porque esto no puede ser”.
Y si leemos unos versos de Yupanqui, Andrade y Juanele hallaremos el modo de asegurar el arraigo de las familias, la alimentación sana, en un paisaje limpio.
Así quedarán “los árboles con sus hojas y las ramas con sus nidos” en vez de las bolsas de nylon izadas con cada creciente como banderas de rendición.

martes, 13 de septiembre de 2016

Charla del viernes

Fuimos a enterarnos lo que pasa en México, a aprender de Chiapas, de Oaxaca, de las Milpas, del EZLN, de los indígenas autónomos, de los caracoles zapatistas y la noche nos llevó por la ecología, por Larroque, por la producción de alimentos, por las relaciones humanas, por los derechos y responsabilidades, por la educación, la mujer, el trabajo, la libertad, la opresión, la compra de voluntades, la decadencia de la democracia representativa, la crisis civilizatoria... Bueno... tantos temas que se tocan unos a otros en esta necesidad de entender la modernidad que nos está pasando por encima.
Gracias a todos los participantes, los de cerca y los de lejos, en especial a Jorge Rulli por su siempre bien dispuesto ánimo para iluminarnos un poco y a la Escuela Horizonte por el hermoso salón en el que nos cobijamos y nos encontramos con tantos amigos.



lunes, 5 de septiembre de 2016

Llaman a abolir el latifundio y erradicar los hipermercados

La Junta Abya yala por los Pueblos Libres llamó a abolir tanto el latifundio como el hipermercadismo en la Argentina para recuperar posibilidades de alimentos sanos, trabajo decente y precios justos, y para proteger la biodiversidad.
Lo hizo en un documento difundido hoy, en recuerdo de la reforma agraria artiguista que en setiembre cumple 201 años.
El centro de estudios con sede en Paraná denunció que el estado argentino es hoy “reaccionario porque ignora o subestima las nuevas formas de dominación, saqueo, contaminación, acumulación y sometimiento, o promueve esas cadenas como socio del gran capital”.
Dijo que para defender la Independencia, en el Bicentenario, “se impone erradicar sin contemplaciones a todos los grupos concentrados parasitarios de la economía y la ‘cultura’, que buscan anestesiarnos y disgregarnos para asegurarse el predominio”.
También llamó a recuperar o fundar bancos municipales y provinciales con participación y gestión cooperativa y de los trabajadores y a denunciar “el fraude de la deuda”.
El documento lleva el título “Para que aflore la Independencia deben morir los grupos concentrados”, con el lema charrúa “nadie más que nadie”, y el principio artiguista “que los más infelices sean los más privilegiados”, en memoria del Reglamento de Tierras, del que se cumplen 201 años. La Junta anunció que este sábado 10 de setiembre realizará una mateada abierta en la sede de ATE en Paraná, Colón 59, para tratar el tema “la tierra, el barrio, el trabajo y la biodiversidad”.
La organización integrada por estudiosos del litoral convocó a defender el agua potable, el suelo, los alimentos sanos y los derechos de la naturaleza como prioridad, y a bregar “por el reparto de la tierra con visión comunitaria y sustentable”, con miras al “vivir bien” (sumak kawsay) heredado de los pueblos originarios, es decir: en la armonía del humano en la biodiversidad. Lo cual se contrapone, dice el documento, al “bochorno de la patria sojera de hoy”.
En esa línea, los artiguistas convocaron a revertir la macrocefalia en la Argentina y fustigaron la continuidad de políticas que provocan “desertificación en vastas extensiones y hacinamiento racista en los barrios”. Al mismo tiempo, saludaron “la resistencia popular de las asambleas contra los agronegocios, los transgénicos, la fractura hidráulica, la minería a cielo abierto, las mega-industrias contaminantes y los represamientos”, e insistieron en la necesidad de buscar energías saludables y realizar actividades con austeridad en el consumo de combustibles.
“En la Argentina llegamos a una opción de fierro: o los grupos concentrados, o la vida. La incompatibilidad es manifiesta”, se lee en la declaración que contiene párrafos críticos sobre los sueldos “obscenos” en las autoridades de los tres poderes, la corrupción en las altas esferas políticas y empresarias, los abusos del poder concentrado (unitario), y contra la inclinación del gobierno actual hacia la Alianza del Pacífico. “Ni amos viejos ni amos nuevos, ningún amo”, sostiene el documento firmado por trabajadores en distintos rubros, estudiantes, docentes, dirigentes sociales, profesionales, cooperativistas, investigadores y periodistas de Paraná, Santa Fe, Gualeguaychú, Concepción del Uruguay, Chajarí, Larroque y otras localidades del litoral.

El Documento completo puede leerse en
http://articulosmingache.blogspot.com.ar/2016/09/para-que-aflore-la-independencia-deben.html

viernes, 2 de septiembre de 2016

CRÓNICA DE UN VIAJE AL CORAZÓN DEL ZAPATISMO

Transcribimos un pequeño párrafo del texto en que Kika nos cuenta parte de su experiencia en México. Como para ir entrando en tema para el encuentro del viernes 9/9 en la escuela Horizontes.
Claro que el viernes va a estar Rulli también y podremos participar del profundo análisis al que nos tiene acostumbrados el Maestro.
Para leer el documento completo de Kika toque en este link


EL CIDECI Y LA UNIVERSIDAD DE LA TIERRA
 
               En Oaxaca está la APPO (Asociación Popular de los Pueblos de Oaxaca). Esta tiene una experiencia educativa y gubernamental tan rica que vale un párrafo. Tal vez las luchas inéditas obliguen a mi birome a contar alguito de esa construcción colectiva.
             Mientras tanto una recorrida por la Universidad de la Tierra en San Cristóbal recorre el alma mientras veo y toco ese lugar en la ladera del cerro en los bordes de la ciudad en los que se escalonan aulas, talleres, salones, bibliotecas, huertas, granja, capilla, casas, cocinas y tantos otros lugares nacidos como árboles en medio de la selva; en peldaños de conocimientos deconstruidos, todo bajo una música suave que sale de no se sabe dónde cuando abrís una puerta y se mezcla con la risa limpia avergonzada de los jóvenes que andan aprendiendo por ahí.
              Esta universidad rara y linda como la tierra, llamada CIDECI (Centro indígena de Capacitación Integral), nos regala una charla suave con el Dr. Raimundo. Un guía nos cuenta el quehacer de esa casa de estudios, si ese fuese un título injusto, que valga también. Pero en realidad lo que le sale a este entrerriano exagerado al sentir ese lugar, es decir: ¡Ahhh, la mierda, sin palabras!  A lo que después con un amigo, haciendo un ejercicio de recuerdos en el que queremos nombrar o poner títulos, y salen las cosas que siguen:
       Historia, ecología, espiritualidad, resistencia, pensamiento crítico, armonía, sentido de búsqueda, comunión, encuentro, futuro, cariño, paz, la belleza de la vida como un acto de hermosura revolucionaria… Ésto también es un pedacito de México al que llaman “El sexto caracol zapatista”.

UN DÍA EN EL PARAÍSO

                En estos días todos son preparativos para el COMPARTE, una actividad para eso mismo, una actividad para iniciar otra etapa más en estos recorridos de inventar. Ahora es compartir arte. En diciembre y enero será el turno de la ciencia que va a ser interpelada por la sabiduría indígena acumulada en años pero nunca convertida en mercancía[3].
                Después de la espera para poder entrar, siempre la Junta se toma su tiempo, vienen las presentaciones y ese momento sencillo, humilde, será en los tres Caracoles algo tan mágico como raro…
                Al otro día, después de andar mucho por las rutas que corcovean y serpentean como lombrices al sol, llegamos al Caracol de Morelia. Todo está enmarcado siempre en los Altos de Chiapas, sierras largas que se hacen cerros montañosos para de a poco convertirse en la Selva Lacandona. Esta selva, cada vez más arrinconada, intentando ser o seguir siendo. Una de las veces que paramos para sacarnos una foto en algún cartel zapatista, vi en el interior de ella, en un pedacito de nomás de 10 metros cuadrado, árboles haciendo comida. Bananos, mangos, café, mamey, piñas y tomé conciencia que un día todos vivimos en el paraíso…
                Pero vuelvo a Morelia y su rica pobreza. La variedad de frijoles en sopas es nuestro desayuno compartido con las tortillas de maíz que son el maná de este continente.
                Algo charlamos, y me regalan porotos negros, marrones o bordó, como el bótil, un frijol que se desespera por venir a Entre Ríos y se pregunta si podrá pasar aduanas…
                Varios gurises de entre 14 y 20 años, cortan el pasto a machete con una habilidad danzarina, mientras sus bocas ríen entre palabras en tzotzil, tojolabal, zetal y chol…
                El día anterior habíamos escrito unas cinco preguntas en la nochecita sin luz, mientras la lluvia que todos los días llega a la misma hora, en estas épocas,  moja la selva y los cultivos de esas milpas infinitas que están en todas partes repitiendo el paisaje en una manta grande pero confeccionada siempre con retazos y retacitos. Siempre maíz, siempre frijol, siempre zapallo. ¡Ay, el maíz!
                Cuatro integrantes de la Junta del Buen Gobierno, varones y mujeres, responden las preguntas del día anterior pero la sonrisa dulce de una mujer que nos dice que es muy difícil hablar castilla, pierde un poco las cuestiones políticas, históricas y de organización y trato de pensar cómo sería gobernar en Argentina con estas normas. Permanecen 15 días en el Caracol gobernando, después vuelven a sus casas y hacen una parte del trabajo familiar. Unos días después trabajan para la comunidad y después vienen a esta sede administrativa para volver a ser la Junta. No cobran en ninguna de las actividades, y esto, una vez más, rompe nuestras matrices.
                Ellos son jóvenes. Contestan con una profundidad y una sencillez increíble pero siempre lento, con una musicalidad muy suave, siempre buscando las palabras en español que se nota que no siempre encuentran. Todo es melodía en ese día. No hay pared que no esté pintada con frases que pronuncian un hecho político. Siempre la poesía se hace presente. El arte debe estar porque si no, parece que no vale. El mural, son muchos murales. Tantos, como paredes haya. Me parece que hacen nuevas construcciones porque necesitan pintar o decir cosas y después, recién después, serán baños, cocinas, aulas, dormitorios, auditorios, despensas, oficinas o lugares amplios para las asambleas.
                Los colores son una expresión de México y eso parece un país, o es un país.
                Después de andar mucho, mucho… Chiapas y Oaxaca no se mide en espacios. Todo es tiempo.