miércoles, 22 de marzo de 2017

Una reflexión sobre comentarios e intenciones

TODOS CON BUENA INTENCIÓN.
Uno tiene cada vez más la sensación de que desde hace algún tiempo (que no puedo precisar) dejamos de debatir alternativas sobre los fundamentos profundos, sobre el ser de las cosas para quedarnos con una triste discusión sobre las diferentes formas de hacer lo mismo.
Recuerdo hace unos tres años, en medio de una campaña a favor del arbolado público que estaba siendo podado con saña por el estado municipal, me abordó al pasar una vecina compungida por lo que habían hecho con los árboles del frente de su casa, que a su parecer quedaban “como un plumero con unas pocas ramas y hojas en la altura”. Entusiasmado porque entendí que se sumaba a nuestra campaña, que era alguien que comprendía nuestro mensaje, entré en diálogo con ella, en parte compadeciéndome con ella y en parte tratando de ampliar su visión hacia todo el arbolado y fundamentando la necesidad de tenerlo sano, abundante,  variado y adecuado. Fue entonces cuando ella me ‘explicó’: “no se pueden podar de esta manera hay que cortarlos así” y realizó con sus brazos un gesto de horizontalidad que indicaba una poda a la vieja usanza, aún peor que la nueva, que dejaba todas las ramas truncas como muñones un poco más arriba del tronco. Es decir no se cuestionaba la improcedencia de la poda dañina, innecesaria, fuera de época, sino su forma. Fue casi como comprender que nuestra campaña estaba fracasando.
Hoy leo un interesante artículo en diario La Capital (http://www.lacapital.com.ar/lapidario-informe-la-onu-los-danos-que-provocan-los-pesticidas-n1353224.html), que se refiere a un “Lapidario informe de la ONU sobre los daños que provocan los pesticidas”, y me encuentro con los comentarios de lectores; muchos y variados. Pero estos cuatro (que quiero comentar) estaban consecutivos y me llamaron la atención porque tienen toda la apariencia de estar bien intencionados y buscar un aporte al tema desde algún conocimiento válido aunque parcializado. Y como dice el proverbio: “una verdad a medias es una mentira completa”, aun cuando no haya intención de engañar, aun cuando sea sólo desgano por hacer el esfuerzo de comprender el todo. Para evitar la costumbre moderna de criticar a la persona y centrarme sólo en las ideas, reproduciré los comentarios ocultando los nombres.

Es cierto que existe en la sociedad moderna la lamentable tendencia a realizar sólo aquellas actividades que son negocio… Es cierto que podemos producir ecológicamente, hay mucha gente que lo está demostrando cada día… Es cierto que existen pesticidas naturales cuyo uso tiene la ventaja de no incorporar al ambiente productos extraños a él… Pero el concepto de “pesticida ecológico” es en sí mismo una contradicción, aunque evidentemente no hay mala intención, pero no se puede matar en nombre de la ecología, la ecología es fundamentalmente respeto por la vida en todas sus formas, en el ecosistema no hay pestes, no hay plagas, no hay malezas, hay simbiosis, hay competencia, hay cooperación y hay muerte sí, pero nunca la matanza indiscriminada de toda una especie o varias.
Entonces el comentarista siguiente parece apoyar al comentario anterior, y con buena intención dice:

Pero su error da pie al siguiente comentario que le responde directamente:


Una verdad bien intencionada pero que logra sólo desviar el tema de conversación olvidando que esa verdad no hace menos cierto que nos están inundando los campos, las ciudades, los arroyos y las napas con venenos de todas clases.
Entonces aparece la opinión quizás más peligrosa, porque con sus citas y comparaciones tiene visas de erudición pero es la menos bienintencionada. 
Comienza como acordando con el artículo del diario, pero de entrada, donde el informe de la ONU dice: “200 mil casos de envenenamiento por año”, el comentarista dice “no son inocuos” y además cita a Paracelso para decir “ninguna sustancia lo es”, con lo cual altera absolutamente su inicial frase “totalmente de acuerdo”.

Después olvida (y ahora no sé si descuidada o intencionalmente) que los productos usados en la época de Paracelso, venenos o remedios, eran naturales y que en “500 años” se fabricaron muchas sustancias tóxicas artificiales y se hicieron muchos otros descubrimientos, entre ellos el de los disruptores hormonales, sustancias capaces de provocar alteraciones graves en nuestro organismo aun en dosis imperceptibles y que por lo tanto ya no es cierto que “la diferencia es la dosis” aunque lo afirme Wikipedia.
Más adelante agrega: “también es cierto que entre quienes los manipulan, algunos lo hacen irresponsablemente. Por ello nació la red de Buenas Prácticas agrícolas”. Sumándose así al discurso oficial, propagandístico y mendaz del modelo agroindustrial… No son ‘algunos’ los que manipulan irresponsablemente los agrotóxicos, son ‘casi todos’, esto lo vemos a diario y en cualquier parte de nuestra región agrícola: operarios sin protección, fraccionamiento a la vista y en medio del pueblo, lavado de máquinas en cualquier lado, fumigadoras circulando en medio de la gente, escuelas rurales fumigadas y sin aviso, vecinos que creyeron en la ‘inocuidad’ y usan tóxicos en las veredas, en los terrenos, municipios que los usan en los parques, en los cementerios  en los hospitales, aviones que vuelan sobre las ciudades, etc, etc, etc. La red de B. P. A. es, al igual que el difundido discurso de Responsabilidad Empresarial sólo otro concepto vacío destinado a lavar los culos sucios de las empresas. Además, suponiendo que TODO esto se arreglara, aun así, tendríamos cientos de miles de hectáreas y miles de kilómetros de arroyos inundados de millones de litros de agrotóxicos, ¿De qué B.P.A. hablamos entonces?.
Y sigue: “charlatanes de feria que se enmascaran y se autoproclaman defensores de ambiente, pero cuando le corrés el velo ves que responden a ruines intereses políticos o inmobiliarios”… Qué decir de esta enroscada frase… que hay charlatanes de feria, seguro que los hay, algunos dicen defender el ambiente y otros no… Que hay ruines intereses políticos e inmobiliarios no cabe ninguna duda, tanto entre algunos que dicen defender el ambiente como entre otra inmensa mayoría a la que el ambiente les importa un ápice. Si es por lo que podemos ver por la región litoral - pampeana, muchos negocios inmobiliarios y muchos intereses políticos, ruines o no, son realizados por productores de soja que no se caracterizan principalmente por decir que defienden el ambiente. Entonces ¿Cuál es el sentido de esa frase si no es engañarnos como lo haría un verdadero charlatán de feria?
Luego viene la parafernalia, que podría ser cómica si no fuera casi canallezca, de acusar a la periodista de “doble moral” porque “tal vez haya recibido con agrado flores tratadas con químicos”… “tal vez en su casa coma con gusto un rico asado”… “tal vez coma frutas tratadas con insecticidas”… “tal vez contamine las napas en un barrio sin cloacas” etc… Y las afirmaciones tiradas como al descuido con pretendida veracidad: “muchos litros de agua conteniendo lejías alcalinas del jabón de su lavarropas automático”… (Porque se pueden garantizar las B.P.A. pero no las B.P. Domésticas); “sin más auditoría que sus propios controles”…(Estas empresas no practican la R.E.); “sólo nuestra torpeza o nuestra mala intención nos conduciría a dejar afuera de la discusión”; (como si alguien quisiera dejarlas afuera).
Para cerrar nuevamente con otra afirmación propia del modelo económico extractivista, que evidentemente el comentarista ha asumido en toda su terrible capacidad de manipulación: “si pudieran combatir malezas con perfume, lo harían, pero es imposible. De igual modo a la industria le resulta imposible cambiar algunos procesos, y a la población le resulta imposible prescindir de los actuales sistemas productivos que satisfacen sus necesidades.” Basta andar un poquito, escuchar otras voces, “correr el velo” manipulador para saber que hay mucha gente: pequeños campesinos, hortelanos, profesionales, empresarios, amas de casa, padres de familia, abuelos sabios y jóvenes en búsqueda, y hasta pueblos enteros, que producen sin contaminar, que buscan y encuentran alternativas al modelo imperante, que demuestran permanentemente que es posible otra forma de producción; luchando siempre contra las presiones del mercado, contra la arrogancia capitalista y hasta contra la opresión violente de los que tienen más.
“Se trata de esta economía del mercado total…” nos dice Franz Hinkelammert. “… en nombre de este mercado total se sostiene hoy que no existe ninguna alternativa…”, que el mercado total es “la única alternativa para la cual no existe ninguna otra. Pretende ser el fin de la historia≫, la solución total de la historia, la sociedad, que no conoce sino cambios cuantitativos, pero que ya no tiene historia”, agrega el autor en su interesantísimo libro “El nihilismo al desnudo”.  
Pero esto no es verdad, y debemos entenderlo, saber que el cambio es posible, es más, que ya está en marcha. No dejemos que se nos manipule de esta manera; no nos sumemos a esta locura del suicidio colectivo.

Como dijo SIMÓN RODRÍGUEZ:  “No es sueño ni delirio, sino filosofía …, ni el lugar donde esto se haga será imaginario, como el que se figuró Tomás Moro; su utopía será, en realidad, la América” … “¿Dónde iremos a buscar modelos? La América Española es original. Original han de ser sus Instituciones y su Gobierno. Y originales los medios de fundar unas y otro. O inventamos o erramos.”