lunes, 14 de enero de 2019

Encuesta del vivir bien y bello y el buen convivir


1-VILLA URQUIZA 21 DE MAYO.


Quince estudiantes de ambos sexos en la Escuela Agrotécnica de Villa Urquiza.
En Villa Urquiza, al noreste de Paraná, la escuela agrotécnica y sus espacios amplios en más de 70 hectáreas dieron un marco adecuado para el diálogo con estudiantes sobre la relación del ser humano y la tierra.
Casi todos los entrevistados de sexto año admitieron alguna relación con el trabajo campesino, además de la que promueve la institución educativa. Se referían principalmente a abuelos y abuelas, o algún tío. Sin embargo, sólo un par podía esperar una pequeña parcela heredada, donde desarrollar sus proyectos.
Un estudiante explicó que su abuelo fallecido tenía ocho hectáreas y ocho hijos, y la mamá del estudiante debía repartir una hectárea con sus hijos, de modo que las posibilidades de trabajo se reducían con suerte a media hectárea.
Se mostraron agradecidos por las enseñanzas no sólo de profesores sino de vecinos que asisten al establecimiento para contar experiencias. “Fue una suerte que eligieran a nuestro curso para traer a don Panito”, dijo una estudiante, en referencia a una visita para aprender la elaboración artesanal embutidos. Recordaron que el vecino les explicó que las carneadas se hacían de modo comunitario.
Concluida la encuesta, se vio a los alumnos pelando y cortando frutas para elaborar dulce de mamón. Otros, en la quesería. La escuela tiene un tambo de 20 vacas en ordeñe. Allí es ya famoso el dulce de leche casero.
Los profesores recordaron que hace veinte años la escuela logró reunir sesenta tambos pequeños y medianos, para buscar precio en fábricas que pagaban mejor por cantidad. De esos 60 tambos hoy queda sólo uno: el de la escuela. El panorama en ese rubro es desolador, en la economía familiar.
Y en otros rubros no es muy distinto. Los profesores recordaron que hay escuelas con cien años de vida en Villa Urquiza que  funcionaban a pleno en la zona rural y hoy reciben muy pocos alumnos, debido al éxodo.
Los estudiantes señalaron las diferencias entre la vida rural y urbana. Una chica que vive en un barrio de Paraná admitió que sus vecinos y compañeros de la ciudad se burlan cuando ella comenta, por caso, que estuvieron ordeñando vacas. “Se ríen, no les va. Les parece raro… en la ciudad mis compañeros piensan a lo grande, médico, abogado, policía, no piensan en la producción”.
También dijeron que los abuelos que se fueron del campo a la ciudad “hoy están más cómodos”, aunque siempre quieren hacer una huerta o algo vinculado a sus oficios.
Algunos estudiantes confesaron que eligieron la escuela agrotécnica porque no se sienten a gusto en los edificios apretados. “No me gusta el cemento, prefiero un lugar abierto antes que el encierro”, se escuchó. Otro confesó que en otra escuela urbana sentía una suerte de discriminación. “Ahí no hay respeto”, apuntó.
En una recorrida por la escuela, se los vio caminando en grupos, conversando, y tomando mate.

Cuestionario.
1-¿Qué conocimientos tienen en torno de la chacra, el cultivo de vegetales, la crianza de animales, la labranza del suelo, los usos medicinales de las plantas? ¿Dónde los aprendieron?
-En un principio respondieron que los conocimientos que tenían los aprendieron en la escuela. Allí está a la vista que encaran diversos oficios. Pero poco a poco fueron recordando que con sus padres y abuelos sabían de caballos, huertas, vacas, vida campesina, incluso uno con familia en Paraguay y Formosa dijo que su abuela le sugiere que aprenda sobre plantas medicinales. El joven que más practica la huerta aclaró que todo lo hacen a pala, sin máquinas. Hablaron de tomates, zapallos, pimiento, aromáticas… Uno contó que suele viajar a la casa de un tío de donde salen a pescar.

2-¿Cómo se ha manifestado el éxodo rural en la zona que conocen?
-La mayoría delos jóvenes proviene de familias vinculadas al campo que hoy viven en zonas urbanas. Pero para nuestra sorpresa, estos jóvenes no dieron mayores testimonios sobre el éxodo, ni mostraron una inquietud específica sobre este flagelo. Algunos apuntaron que en sus zonas hay casas nuevas porque gente de Paraná por ejemplo, vive allí. (Nos queda la impresión de que el éxodo más notable ocurrió aquí en tiempo de sus padres y abuelos). En un caso, la familia debió dejar el tambo porque quedó rodeado de casas y había quejas de los vecinos.

3-¿Cómo participan las comunidades de esa zona en la producción? ¿Cuál es el origen de los alimentos que consumen?
-El origen es el supermercado. Pero varios  comentaron de huertas de su familia.

4-¿Qué han visto y qué les preocupa en torno de la protección o la contaminación del ambiente?
-La mayor preocupación se dio en torno de los basurales en los arroyos, o los fluidos de alguna industria hacia los cursos de agua. En un principio no señalaron el sistema de agronegocios con herbicidas e insecticidas entre sus inquietudes por el ambiente.

5-¿Imaginan a los chicos y los jóvenes trabajando en relación con el suelo, en algún rubro, o descartan esa posibilidad para el futuro? En caso que les interese ese camino, ¿qué se los impide?
-Todos por unanimidad se mostraron decididos a encarar actividades en relación con la tierra.

6-En el supuesto de que decidieran hacer huertas en la familia, ¿cuántas hectáreas creen que necesitarían? ¿Y qué otros servicios y herramienta? ¿Y para el  intercambio o el comercio de los productos?
7-¿Qué servicios consideran fundamentales para arraigar en zonas menos pobladas? ¿Tienen vivienda propia? ¿Les gustaría tener vivienda por auto construcción? ¿Dónde les gustaría vivir?
8-Ven disposición entre ustedes y sus vecinos para emprendimientos comunitarios, asociativos? ¿O prefieren actividades individuales?
-Aquí mostraron una mirada crítica sobre la sociedad actual, que calificaron de individualista, y  notamos un particular entusiasmo a la hora de hablar de emprendimientos comunitarios. No salió espontáneamente de los jóvenes la idea del trabajo comunitario, asociativo. Sin embargo, cuando se los interrogó sobre esa alternativa se mostraron muy dispuestos, y dieron vuelo a sus inquietudes solidarias, de vida en común.
“Hoy no importa el que está al lado. A  mí me gustaría compartir, pensar en los demás, preferiría algo con todos juntos”, es la frase que resume todas las expresiones. Dijeron que en la escuela hacen todo en grupo. “Cuando alguien no quiere lo convencemos”, apuntó una alumna.

9-¿Cuáles son los aspectos positivos de la vida en los barrios, y cuáles los negativos? Entre la vida urbana y la vida rural, ¿prefieren una de las dos? ¿O les da lo mismo?
-Si bien algunos admitieron que sus abuelos viven más cómodos en el barrio, en relación con su vida anterior en el campo, todos prefieren la vida campesina.

10-¿En qué rubro trabajan actualmente (ustedes o sus padres) y en qué les gustaría trabajar en el futuro? Si por algún motivo recibieran la posibilidad de realizar tareas en relación con el suelo en forma cooperativa, ¿qué es lo primero que se les ocurre? ¿Qué herramientas aportarían, qué necesitarían? ¿Aceptarían capacitación? (Abejas, tambo, gallinas, polos, huertas, agricultura, frutales, ganadería, maderas, textiles, trabajos artesanales e industriales vinculados, alimentos, herramientas, comercialización, viviendas, otras posibilidades, etc.)
-Inesperadamente se volcaron casi todos por la apicultura. Es cierto que estudiaron y practicaron el trabajo con abejas en los últimos meses, es lo que tienen más fresco. En el momento de la entrevista se empezaban a interiorizar en torno del tambo, más adelante tratarán la producción de aves. Notable la variedad de oficios que aprenden allí.

Palabras de Pedro Aguer luego de la entrevista: “El amor en el corazón tiende las manos hacia la solidaridad. La imaginación y el amor constituyen el poder para la creatividad y la realización. Porque en ellos reside lo que probablemente sea lo único verdadero en el camino del bello vivir y del buen convivir en libertad entre los seres humanos en armonía con la naturaleza. Ayer en la escuela Agrotécnica de Villa Urquiza pudimos sentirlo al escuchar a los alumnos y docentes desarrollando sus tareas compartiendo el saber y el aprender como si nada. Respiramos el aire y disfrutamos del paisaje de la naturaleza en perfecto ensamble y la alegría del orgullo sano que contagia la satisfacción del deber cumplido”.

Los jóvenes mostraron un auténtico espíritu de trabajo, estudio y comunidad.
Cómo hicimos la Encuesta:
1-Nos presentamos, presentamos a la JAPL y las demás organizaciones, leímos algo de los fundamentos de la Encuesta y explicamos algunas de las inquietudes. Por qué una encuesta, qué interpretamos por el buen vivir, la armonía del ser humano con su entorno, el comunitarismo, los problemas del desarraigo y el destierro...
Luego conversamos, motivados por preguntas que llevamos escritas y que no leímos en el mismo orden porque preferimos dejarnos llevar por el diálogo, y los interrogantes que aparecían en forma espontánea. Nos ayudó mucho la presencia de dos profesores (uno ingeniero agrónomo, el otro veterinario).
Terminado el trabajo, dejamos copia de los fundamentos de la encuesta y los directivos de la escuela nos invitaron a recorrerla. Decenas de  jóvenes pelando y cortando frutas para hacer dulce de mamón, quesería.
Si a estos jóvenes les dan tierra y oportunidades, serán trabajadores de primera, preparados, solidarios, decididos.

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