1-VILLA URQUIZA 21 DE MAYO.
Quince estudiantes de ambos sexos en la Escuela Agrotécnica
de Villa Urquiza.
En Villa Urquiza, al noreste de Paraná, la escuela
agrotécnica y sus espacios amplios en más de 70 hectáreas dieron un marco
adecuado para el diálogo con estudiantes sobre la relación del ser humano y la
tierra.
Casi todos los entrevistados de sexto año admitieron alguna
relación con el trabajo campesino, además de la que promueve la institución
educativa. Se referían principalmente a abuelos y abuelas, o algún tío. Sin
embargo, sólo un par podía esperar una pequeña parcela heredada, donde
desarrollar sus proyectos.
Un estudiante explicó que su abuelo fallecido tenía ocho
hectáreas y ocho hijos, y la mamá del estudiante debía repartir una hectárea
con sus hijos, de modo que las posibilidades de trabajo se reducían con suerte
a media hectárea.
Se mostraron agradecidos por las enseñanzas no sólo de
profesores sino de vecinos que asisten al establecimiento para contar
experiencias. “Fue una suerte que eligieran a nuestro curso para traer a don
Panito”, dijo una estudiante, en referencia a una visita para aprender la
elaboración artesanal embutidos. Recordaron que el vecino les explicó que las
carneadas se hacían de modo comunitario.
Concluida la encuesta, se vio a los alumnos pelando y cortando
frutas para elaborar dulce de mamón. Otros, en la quesería. La escuela tiene un
tambo de 20 vacas en ordeñe. Allí es ya famoso el dulce de leche casero.
Los profesores recordaron que hace veinte años la escuela
logró reunir sesenta tambos pequeños y medianos, para buscar precio en fábricas
que pagaban mejor por cantidad. De esos 60 tambos hoy queda sólo uno: el de la
escuela. El panorama en ese rubro es desolador, en la economía familiar.
Y en otros rubros no es muy distinto. Los profesores recordaron
que hay escuelas con cien años de vida en Villa Urquiza que funcionaban a pleno en la zona rural y hoy
reciben muy pocos alumnos, debido al éxodo.
Los estudiantes señalaron las diferencias entre la vida
rural y urbana. Una chica que vive en un barrio de Paraná admitió que sus
vecinos y compañeros de la ciudad se burlan cuando ella comenta, por caso, que
estuvieron ordeñando vacas. “Se ríen, no les va. Les parece raro… en la ciudad
mis compañeros piensan a lo grande, médico, abogado, policía, no piensan en la
producción”.
También dijeron que los abuelos que se fueron del campo a la
ciudad “hoy están más cómodos”, aunque siempre quieren hacer una huerta o algo
vinculado a sus oficios.
Algunos estudiantes confesaron que eligieron la escuela
agrotécnica porque no se sienten a gusto en los edificios apretados. “No me
gusta el cemento, prefiero un lugar abierto antes que el encierro”, se escuchó.
Otro confesó que en otra escuela urbana sentía una suerte de discriminación.
“Ahí no hay respeto”, apuntó.
En una recorrida por la escuela, se los vio caminando en
grupos, conversando, y tomando mate.
Cuestionario.
1-¿Qué conocimientos tienen en torno de la chacra, el
cultivo de vegetales, la crianza de animales, la labranza del suelo, los usos
medicinales de las plantas? ¿Dónde los aprendieron?
-En un principio respondieron que los conocimientos que
tenían los aprendieron en la escuela. Allí está a la vista que encaran diversos
oficios. Pero poco a poco fueron recordando que con sus padres y abuelos sabían
de caballos, huertas, vacas, vida campesina, incluso uno con familia en
Paraguay y Formosa dijo que su abuela le sugiere que aprenda sobre plantas
medicinales. El joven que más practica la huerta aclaró que todo lo hacen a
pala, sin máquinas. Hablaron de tomates, zapallos, pimiento, aromáticas… Uno
contó que suele viajar a la casa de un tío de donde salen a pescar.
2-¿Cómo se ha manifestado el éxodo rural en la zona que
conocen?
-La mayoría delos jóvenes proviene de familias vinculadas al
campo que hoy viven en zonas urbanas. Pero para nuestra sorpresa, estos jóvenes
no dieron mayores testimonios sobre el éxodo, ni mostraron una inquietud
específica sobre este flagelo. Algunos apuntaron que en sus zonas hay casas
nuevas porque gente de Paraná por ejemplo, vive allí. (Nos queda la impresión
de que el éxodo más notable ocurrió aquí en tiempo de sus padres y abuelos). En
un caso, la familia debió dejar el tambo porque quedó rodeado de casas y había
quejas de los vecinos.
3-¿Cómo participan las comunidades de esa zona en la
producción? ¿Cuál es el origen de los alimentos que consumen?
-El origen es el supermercado. Pero varios comentaron de huertas de su familia.
4-¿Qué han visto y qué les preocupa en torno de la
protección o la contaminación del ambiente?
-La mayor preocupación se dio en torno de los basurales en
los arroyos, o los fluidos de alguna industria hacia los cursos de agua. En un
principio no señalaron el sistema de agronegocios con herbicidas e insecticidas
entre sus inquietudes por el ambiente.
5-¿Imaginan a los chicos y los jóvenes trabajando en
relación con el suelo, en algún rubro, o descartan esa posibilidad para el
futuro? En caso que les interese ese camino, ¿qué se los impide?
-Todos por unanimidad se mostraron decididos a encarar
actividades en relación con la tierra.
6-En el supuesto de que decidieran hacer huertas en la
familia, ¿cuántas hectáreas creen que necesitarían? ¿Y qué otros servicios y
herramienta? ¿Y para el intercambio o el
comercio de los productos?
7-¿Qué servicios consideran fundamentales para arraigar en
zonas menos pobladas? ¿Tienen vivienda propia? ¿Les gustaría tener vivienda por
auto construcción? ¿Dónde les gustaría vivir?
8-Ven disposición entre ustedes y sus vecinos para
emprendimientos comunitarios, asociativos? ¿O prefieren actividades
individuales?
-Aquí mostraron una mirada crítica sobre la sociedad actual,
que calificaron de individualista, y
notamos un particular entusiasmo a la hora de hablar de emprendimientos
comunitarios. No salió espontáneamente de los jóvenes la idea del trabajo
comunitario, asociativo. Sin embargo, cuando se los interrogó sobre esa
alternativa se mostraron muy dispuestos, y dieron vuelo a sus inquietudes
solidarias, de vida en común.
“Hoy no importa el que está al lado. A mí me gustaría compartir, pensar en los
demás, preferiría algo con todos juntos”, es la frase que resume todas las
expresiones. Dijeron que en la escuela hacen todo en grupo. “Cuando alguien no
quiere lo convencemos”, apuntó una alumna.
9-¿Cuáles son los aspectos positivos de la vida en los
barrios, y cuáles los negativos? Entre la vida urbana y la vida rural,
¿prefieren una de las dos? ¿O les da lo mismo?
-Si bien algunos admitieron que sus abuelos viven más
cómodos en el barrio, en relación con su vida anterior en el campo, todos
prefieren la vida campesina.
10-¿En qué rubro trabajan actualmente (ustedes o sus padres)
y en qué les gustaría trabajar en el futuro? Si por algún motivo recibieran la
posibilidad de realizar tareas en relación con el suelo en forma cooperativa,
¿qué es lo primero que se les ocurre? ¿Qué herramientas aportarían, qué
necesitarían? ¿Aceptarían capacitación? (Abejas, tambo, gallinas, polos,
huertas, agricultura, frutales, ganadería, maderas, textiles, trabajos
artesanales e industriales vinculados, alimentos, herramientas,
comercialización, viviendas, otras posibilidades, etc.)
-Inesperadamente se volcaron casi todos por la apicultura.
Es cierto que estudiaron y practicaron el trabajo con abejas en los últimos
meses, es lo que tienen más fresco. En el momento de la entrevista se empezaban
a interiorizar en torno del tambo, más adelante tratarán la producción de aves.
Notable la variedad de oficios que aprenden allí.
Palabras de Pedro Aguer luego de la entrevista: “El amor en
el corazón tiende las manos hacia la solidaridad. La imaginación y el amor
constituyen el poder para la creatividad y la realización. Porque en ellos
reside lo que probablemente sea lo único verdadero en el camino del bello vivir
y del buen convivir en libertad entre los seres humanos en armonía con la
naturaleza. Ayer en la escuela Agrotécnica de Villa Urquiza pudimos sentirlo al
escuchar a los alumnos y docentes desarrollando sus tareas compartiendo el
saber y el aprender como si nada. Respiramos el aire y disfrutamos del paisaje
de la naturaleza en perfecto ensamble y la alegría del orgullo sano que
contagia la satisfacción del deber cumplido”.
Los jóvenes mostraron un auténtico espíritu de trabajo,
estudio y comunidad.
Cómo hicimos la Encuesta:
1-Nos presentamos, presentamos a la JAPL y las demás
organizaciones, leímos algo de los fundamentos de la Encuesta y explicamos
algunas de las inquietudes. Por qué una encuesta, qué interpretamos por el buen
vivir, la armonía del ser humano con su entorno, el comunitarismo, los problemas
del desarraigo y el destierro...
Luego conversamos, motivados por preguntas que llevamos
escritas y que no leímos en el mismo orden porque preferimos dejarnos llevar
por el diálogo, y los interrogantes que aparecían en forma espontánea. Nos
ayudó mucho la presencia de dos profesores (uno ingeniero agrónomo, el otro
veterinario).
Terminado el trabajo, dejamos copia de los fundamentos de la
encuesta y los directivos de la escuela nos invitaron a recorrerla. Decenas
de jóvenes pelando y cortando frutas
para hacer dulce de mamón, quesería.
Si a estos jóvenes les dan tierra y oportunidades, serán
trabajadores de primera, preparados, solidarios, decididos.
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