viernes, 12 de noviembre de 2010

El Pensamiento Ambiental y la Modernidad Insustentable

CARLOS GALANO EN EL MÓDULO 3



Creíamos estar concretando un anhelo largamente esperado. Organizamos un ciclo de talleres con tres de los más importantes pensadores y militantes ambientales del país. Ya habían estado en Larroque Jorge Rulli y Daniel Verzeñassi, y ahora llegaba el Profesor Galano, con su encantador enfoque filosófico para cerrar el Tríptico con el módulo 3, “El Pensamiento Ambiental y la modernidad insustentable”, pero Carlos le dio una vuelta al concepto de “anhelo”, y una vez más, como en los encuentros anteriores, nos llevó por una línea de pensamiento diferente, nos hizo reflexionar sobre nuestras propias creencias y certezas y nos invitó, con vehemencia en algunos tramos, a pensar lo impensado, a escuchar “la voz que llama desde el bosque a oscuras”. Nos explicó que el Modelo imperante trabajó primero sobre el mundo de las necesidades, para generar en el hombre moderno necesidades que nunca antes había tenido; luego trabajó sobre el deseo, para transformarlo, de una pulsión natural, a esta vorágine artificial de hacernos desear muchas más cosas de las que necesitamos; y ahora trabaja sobre el anhelo… el anhelo de aquello que antes de existir ya dejó de ser, el anhelo de llegar a tener lo que nunca ha existido el anhelo que nos deja en el desamparo y la frustración tan comunes en la sociedad moderna.
Pero esto fue ya casi sobre el final de una exposición amena y profunda, por momentos preocupante, en otros llana y contundente y en otros con un vuelo poético-filosófico admirable, aún a riesgo de no poder seguir su línea de argumentación.
Comenzó mencionando su “lugar en el mundo”, Villa Constitución, a orillas del legendario río Paraná, en donde “se descubren las marcas de una concepción histórica -la modernidad- que lo han marcado con las marcas de la insustentabilidad”, para hablarnos de la importancia del lugar, donde el hombre puede estar, y estar con otros; pasando una mirada histórica-crítica sobre la Conquista, desde lo ideológico-lingüístico como el hecho de haberle cambiado el nombre antiguo aborigen de “Comarca del Agua” por el de “Comarca de la Plata”, todo un cambio conceptual en sí mismo, a partir del cual los puertos pasarían a ser las puertas por donde sacar hacia Europa las riquezas americanas.
Expuso un panorama general sobre algunos hitos históricos del ambientalismo pero sobre todo del Pensamiento Ambiental Latinoamericano, corriente filosófica de la que no sólo forma parte sino que ayuda a construir con sus ideas de clara contundencia.
Desde esta visión criticó el pensamiento de Descartes y de Kant entre otros científicos de la racionalidad instrumental, el individualismo y la propiedad privada. Explicó los cambios profundos que se dieron en algunas ciencias a partir del Principio de la Entropía, de la Teoría de la Relatividad y el Principio de Incertidumbre, cambios que no se vieron reflejados en el modelo progresista que sigue con los principios de la Física del siglo XVIII. La Historia quiere ser como era la Física, la Economía quiere ser como era la Física nos dijo, pero se equivocan, porque no son la Física y además la Física cambió, y entonces citó a Einstein al decir “Todo ha cambiado a nuestro alrededor menos nuestro pensamiento” y a José Martí: “La guerra que se nos hace es de pensamiento, la ganaremos a pensamiento”.
Para explicar cómo la modernidad, con Kant, nos separó de la naturaleza con la teoría de los dos mundos, cómo necesitamos entonces una nueva ética ambiental, una nueva hermenéutica que reinterprete al hombre y al ambiente, citó a Augusto Ángel Maya, filósofo colombiano recientemente fallecido, quien en “El Reto de la Vida”, muestra cómo el Ecosistema y la Cultura emergen de la Naturaleza. “…el hombre se mueve entre las leyes de la naturaleza y las de la cultura; como tensión entre physis y polis, entre ecosistema y cultura, entre el mundo de la vida y los cuerpos simbólicos...”
“No hay batalla entre civilización y barbarie –citó a Martí- sino entre la falsa erudición y la naturaleza” y enumeró una serie de ejemplos en los que la tecnología, de la mano de la Razón Instrumental, con su linealidad y fragmentación del pensamiento construyó obras monumentales que modificaron profundamente los ecosistemas hasta hacerlos inviables; como las grandes represas (Tres Gargantas en China, Asuán en Egipto, Itaipú en Brasil) y su acción sobre el clima regional, los ciclos de fertilidad y el caudal de los ríos, el desplazamiento de millones de habitantes...
Necesitamos una nueva ética, una nueva concepción del mundo, como lo planteaba la Declaración de Tbilisi ya en 1977. Una ética de la sustentabilidad ecológica y la equidad social en un mundo complejo que se oponga a la ética Kantiana del reino de la libertad que nos llevó a Hiroshima.
El paradigma mecanicista nos convenció de la idea del progreso, del crecimiento permanente. El lenguaje económico reemplazó a otros lenguajes como el pedagógico; hablamos de “rendimiento” hasta en el amor, dijo no sin un dejo de humor cáustico. Así, de los 6.500 millones de habitantes del planeta, hoy, 4.500 millones viven en ciudades, en el 2,5 % del territorio emergido y “todos especializados en producir basura”. La modernidad fabrica basura: basura material y “deshechos humanos” que luego esta sociedad progresista necesita “mantener tranquilos”, con drogas químicas (los calmantes son los medicamentos que más se venden) o entretenimientos mentales (T.V.). Por eso, asocia Galano, las patologías terribles del siglo XXI serán la soledad y la violencia.
Relató cómo el individualismo y la propiedad privada de la racionalidad económica se han naturalizado tanto en nuestra forma de pensar y de vivir que no se nos ocurre que pueda haber otras formas, como las de la mayoría de las culturas originales, que aún cuando en la Argentina la Constitución les reconoce derechos en la letra, en el espíritu no lo hace, porque cuando los pueblos aborígenes van a la justicia en busca de soluciones a sus conflictos territoriales, la justicia, apoyada en la Constitución, falla siempre a favor de la propiedad privada, en contra de las comunidades.
Nos invitó entonces a reconstruir el saber, “la subversión de la Epistemología” lo llamó y señaló las “Presiones que aceleran el cambio”, explicando entre otras: los desastres ecológicos, los problemas sociales, el comercio transgénico y la locura genética, las nuevas enfermedades físicas y síquicas, el desencanto y la soledad, la pobreza y la desigualdad, el miedo y la in-calidad de vida, las drogas letales, la velocidad en las comunicaciones que provoca la desintegración de la comunidad de los presentes en beneficio de los ausentes.
Propuso a continuación un debate taller con la consigna de “Caracterizar una problemática local o regional y reflexionarla a la luz del paradigma reinante y desde el Pensamiento Ambiental Latinoamericano.” Después de un tiempo de análisis, algunos de los participantes expusieron lo trabajado en los grupos y por último el profesor Galano realizó un cierre integrador, apelando a la poesía de Rilke y textos de García Márquez como decíamos al comienzo.
Tal vez nos reiremos del “amor y del misterio”, nos dijo, mientras caminamos por los estantes del conocimiento instrumental en búsqueda de las recetas que serán definitivamente incapaces de terminar con las múltiples pobrezas, las descarnadas exclusiones y las irremediables destrucciones ecológicas, “mientras deambulamos por los supermercados, saludables cadáveres que buscan, en el brillo de las góndolas, el precio de sus almas”. Desde estos bordes de lo ignorado, deberemos rumbear por los contornos de la Complejidad, el Nuevo Pensamiento y la Racionalidad Ambiental, para que se puedan navegar los horizontes desbordados por otra forma del ser, otras relaciones entre la cultura y la naturaleza, entre el conocimiento y el diálogo de saberes, una inédita poética de los mundos de vida.”
Porque “…ser hombre lugar es ser hombre ahí”… “Yo soy, yo estoy, cuando el otro me mira”, insistió, para terminar leyendo: “Rilke tenía razón Cuando le dijo a su joven discípulo: ‑Pregúntese si puede vivir sin ella. Y si puede vivir sin ella, Pues entonces viva sin ella. Hablaba por supuesto de la poesía. Nosotros decimos para concluir: preguntémonos si podemos negarnos a construir los campos esperanzadores, aunque llenos de incertidumbres, de la Complejidad, el Diálogo de Saberes, el Nuevo Pensamiento y la Racionalidad Ambiental…