viernes, 2 de septiembre de 2016

CRÓNICA DE UN VIAJE AL CORAZÓN DEL ZAPATISMO

Transcribimos un pequeño párrafo del texto en que Kika nos cuenta parte de su experiencia en México. Como para ir entrando en tema para el encuentro del viernes 9/9 en la escuela Horizontes.
Claro que el viernes va a estar Rulli también y podremos participar del profundo análisis al que nos tiene acostumbrados el Maestro.
Para leer el documento completo de Kika toque en este link


EL CIDECI Y LA UNIVERSIDAD DE LA TIERRA
 
               En Oaxaca está la APPO (Asociación Popular de los Pueblos de Oaxaca). Esta tiene una experiencia educativa y gubernamental tan rica que vale un párrafo. Tal vez las luchas inéditas obliguen a mi birome a contar alguito de esa construcción colectiva.
             Mientras tanto una recorrida por la Universidad de la Tierra en San Cristóbal recorre el alma mientras veo y toco ese lugar en la ladera del cerro en los bordes de la ciudad en los que se escalonan aulas, talleres, salones, bibliotecas, huertas, granja, capilla, casas, cocinas y tantos otros lugares nacidos como árboles en medio de la selva; en peldaños de conocimientos deconstruidos, todo bajo una música suave que sale de no se sabe dónde cuando abrís una puerta y se mezcla con la risa limpia avergonzada de los jóvenes que andan aprendiendo por ahí.
              Esta universidad rara y linda como la tierra, llamada CIDECI (Centro indígena de Capacitación Integral), nos regala una charla suave con el Dr. Raimundo. Un guía nos cuenta el quehacer de esa casa de estudios, si ese fuese un título injusto, que valga también. Pero en realidad lo que le sale a este entrerriano exagerado al sentir ese lugar, es decir: ¡Ahhh, la mierda, sin palabras!  A lo que después con un amigo, haciendo un ejercicio de recuerdos en el que queremos nombrar o poner títulos, y salen las cosas que siguen:
       Historia, ecología, espiritualidad, resistencia, pensamiento crítico, armonía, sentido de búsqueda, comunión, encuentro, futuro, cariño, paz, la belleza de la vida como un acto de hermosura revolucionaria… Ésto también es un pedacito de México al que llaman “El sexto caracol zapatista”.

UN DÍA EN EL PARAÍSO

                En estos días todos son preparativos para el COMPARTE, una actividad para eso mismo, una actividad para iniciar otra etapa más en estos recorridos de inventar. Ahora es compartir arte. En diciembre y enero será el turno de la ciencia que va a ser interpelada por la sabiduría indígena acumulada en años pero nunca convertida en mercancía[3].
                Después de la espera para poder entrar, siempre la Junta se toma su tiempo, vienen las presentaciones y ese momento sencillo, humilde, será en los tres Caracoles algo tan mágico como raro…
                Al otro día, después de andar mucho por las rutas que corcovean y serpentean como lombrices al sol, llegamos al Caracol de Morelia. Todo está enmarcado siempre en los Altos de Chiapas, sierras largas que se hacen cerros montañosos para de a poco convertirse en la Selva Lacandona. Esta selva, cada vez más arrinconada, intentando ser o seguir siendo. Una de las veces que paramos para sacarnos una foto en algún cartel zapatista, vi en el interior de ella, en un pedacito de nomás de 10 metros cuadrado, árboles haciendo comida. Bananos, mangos, café, mamey, piñas y tomé conciencia que un día todos vivimos en el paraíso…
                Pero vuelvo a Morelia y su rica pobreza. La variedad de frijoles en sopas es nuestro desayuno compartido con las tortillas de maíz que son el maná de este continente.
                Algo charlamos, y me regalan porotos negros, marrones o bordó, como el bótil, un frijol que se desespera por venir a Entre Ríos y se pregunta si podrá pasar aduanas…
                Varios gurises de entre 14 y 20 años, cortan el pasto a machete con una habilidad danzarina, mientras sus bocas ríen entre palabras en tzotzil, tojolabal, zetal y chol…
                El día anterior habíamos escrito unas cinco preguntas en la nochecita sin luz, mientras la lluvia que todos los días llega a la misma hora, en estas épocas,  moja la selva y los cultivos de esas milpas infinitas que están en todas partes repitiendo el paisaje en una manta grande pero confeccionada siempre con retazos y retacitos. Siempre maíz, siempre frijol, siempre zapallo. ¡Ay, el maíz!
                Cuatro integrantes de la Junta del Buen Gobierno, varones y mujeres, responden las preguntas del día anterior pero la sonrisa dulce de una mujer que nos dice que es muy difícil hablar castilla, pierde un poco las cuestiones políticas, históricas y de organización y trato de pensar cómo sería gobernar en Argentina con estas normas. Permanecen 15 días en el Caracol gobernando, después vuelven a sus casas y hacen una parte del trabajo familiar. Unos días después trabajan para la comunidad y después vienen a esta sede administrativa para volver a ser la Junta. No cobran en ninguna de las actividades, y esto, una vez más, rompe nuestras matrices.
                Ellos son jóvenes. Contestan con una profundidad y una sencillez increíble pero siempre lento, con una musicalidad muy suave, siempre buscando las palabras en español que se nota que no siempre encuentran. Todo es melodía en ese día. No hay pared que no esté pintada con frases que pronuncian un hecho político. Siempre la poesía se hace presente. El arte debe estar porque si no, parece que no vale. El mural, son muchos murales. Tantos, como paredes haya. Me parece que hacen nuevas construcciones porque necesitan pintar o decir cosas y después, recién después, serán baños, cocinas, aulas, dormitorios, auditorios, despensas, oficinas o lugares amplios para las asambleas.
                Los colores son una expresión de México y eso parece un país, o es un país.
                Después de andar mucho, mucho… Chiapas y Oaxaca no se mide en espacios. Todo es tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos interesa tu opinión envíanos tu comentario y lo publicaremos.