https://blognooficial.wordpress.com/2014/12/07/jorge-rulli-en-bichos-de-campo-del-5-de-diciembre/
Dura menos de 10 minutos. Muy interesante reportaje.
Grupo de reflexión y acción educativa con interés en temas ambientales de la ciudad de Larroque. Contacto: mingache_larroque@yahoo.com.ar
jueves, 11 de diciembre de 2014
martes, 2 de diciembre de 2014
Los transgénicos al banquillo -
El entrerriano Rafael Lajmanovich explica la gravedad del caso
Otro descubrimiento lleva a
los transgénicos al banquillo
Daniel Tirso Fiorotto - De la Redacción de diario UNO – 1 de diciembre de 2014.-
Investigadores del Conicet y la Universidad Nacional del Litoral descubren la toxicidad de una bacteria muy usada para combatir mosquitos, y que fue introducida por manipulación genética en el maíz (maíz Bt), de gran distribución en el país.
Estimulado por la ganancia, el hombre mete mano en el ecosistema sin saber, y todo lo distorsiona.
Con la excusa de matar mosquitos y controlar mariposas, cuyas larvas se alimentan de hojas o tallos de los cultivos, las empresas terminan afectando vaquitas de San Antonio (los llamados benéficos), ranas, lombrices, generando resistencias en algunos insectos, o impulsando el desarrollo de otros.
Todo ello impacta en la salud de la propia especie humana, y a veces de modo directo, porque esa misma búsqueda de ganancias lleva a cambiar la genética en semillas e incorporarle bacterias que, en última instancia, no se sabe bien cómo evolucionarán, metidas a la fuerza en un lugar que no es el suyo.
Sin contar lo que significa, para el planeta, la contaminación de todas las semillas con organismos modificados por el hombre y la consiguiente pérdida de biodiversidad en el altar de una uniformidad que, gracias a la propaganda del sistema, se va naturalizando.
¿Impacto masivo?
El investigador entrerriano del Conicet Rafael Lajmanovich comentó, ante nuestro pedido, larelevancia de un trabajo de investigación que apunta sobre los transgénicos, justo cuando nuestro país está aprobando modificaciones genéticas en el maíz.
Los científicos, entre los que se encuentra el paranaense, sugieren en esta obra que las toxinas pueden impactar de manera masiva en los ecosistemas, sin excluir daños en los alimentos de las personas.
La sola advertencia, originada en personas que saben, debiera generar respuestas en todos los ámbitos, empezando por los gobiernos y las multinacionales.
Lajmanovich es Profesor Titular de la Cátedra de Ecotoxicología de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral. Hace décadas que este entrerriano estudia embriones, principalmente de ranas, y advierte y divulga la incidencia negativa que sufren, de los químicos usados en la agricultura.
También estudia, con otros investigadores, el uso pesticida de bacterias como Bacillus thuringiensis (Bt).
El trabajo que señalamos aquí, difundido este mes, fue realizado por los investigadores Celina Junges, Mariana Cabagna Zenklusen, Andrés Attademo, Paola Peltzer, Mariana Maglianese, Vanina Márquez, Alejandro Beccaria y el propio Rafael Lajmanovich.
Sus nombres mismos, y la pertenencia de algunos al Conicet o la UNL, indican que estamos en lo más alto de la ciencia argentina.
En sus conclusiones, los expertos afirman que la exposición a la formulación comercial del bacilo Bti, incluso a bajas concentraciones y por un período relativamente corto, puede inducir genotoxicidad y daño intestinal en renacuajos de la rana común. Ahí está el punto. En un sistema de por sí ya jaqueado por los agronegocios, ¿cuánto más padecerán las especies? ¿Y cuánto debe servir de advertencia, en vistas de la salud del mismo ser humano que respira los químicos rociados, y come las semillas del maíz modificadas, ya con la bacteria metida por la fuerza en el mismo plato de los niños?
Un insecticida a temer
La investigación recuerda que el uso mundial de pesticidas asciende a cerca de dos millones de toneladas por año. La mitad del comercio de plaguicidas implica biopesticidas, y más del 60% de este comercio está relacionado con Bacillus thuringiensis.
Bacillus thuringiensis (Bt) es una bacteria común en el suelo. Sus esporas contienen proteínas tóxicas para ciertos insectos. Estas proteínas, denominadas "Cry" o cristal paraesporal, se activan en el sistema digestivo del insecto y se adhieren a su epitelio intestinal. Así provocan la formación de poros en el tracto digestivo larval, alteran el equilibrio osmótico del intestino. De allí a la parálisis del sistema digestivo del insecto, que ya nos e alimenta y muere.
En los últimos años se han utilizado los genes Bt para la producción de organismos genéticamente modificados (OGM), es decir, cultivos resistentes a los insectos. Por ejemplo, el maíz Bt con reconocidas propiedades contra insectos como los llamados barrenadores.
El maíz Bt es hoy uno de los cultivos más extendidos en nuestra región, y en el mundo.
La variedad Bt israelensis (Bti) se utiliza en todo el mundo por su eficacia para el control de mosquitos, y es uno de los métodos más recomendados para el control del vector del dengue.
No es poca cosa. Los científicos recuerdan que en el mundo se usan de 70 a 300 toneladas métricas de producto formulado por año, con ese fin.
Hasta ahora, las investigaciones permitían afirmar que Bti era inofensivo para los organismos no objetivo, es decir, aquellos a los que no va dirigido, por su modo de actuar (dentro del intestino).
Sin embargo, otros autores veían ya que los efectos de Bti en anfibios habían recibido poca atención, y señalaban que las pruebas utilizadas para justificar la aprobación para el uso y la liberación de los productos Bt en el mercado, así como los protocolos que se utilizan para evaluar su toxicidad, eran extremadamente superficiales.
Hay un dato adicional: “Productos a base de Bt se distribuyen en diferentes tipos de formulaciones en muchos países. El contenido central se mezcla con aditivos, agentes humectantes, adhesivos, protectores solares y agentes sinérgicos… Estos aditivos enumerados como ingredientes ‘inertes’ en las etiquetas permanecen sumidos en secreto comercial por los fabricantes de los productos”.
Así, las formulaciones contienen mejunjes distintos de Bt que pueden potenciar la toxicidad.
“La toxicidad de Bti-AS larvicida puede ser fortalecida por la presencia de componentes peligrosos contenidos en los llamados ingredientes inertes incorporados en las formulaciones de plaguicidas”, se lee.
Daños en renacuajos
“El presente estudio muestra varias alteraciones histológicas del epitelio intestinal en los renacuajos tratados. Dos síntomas histológicos se distinguen en todas las concentraciones Bti-AS: la infiltración en el tejido conectivo subyacente al epitelio y dilatación de los vasos sanguíneos. Ambas alteraciones epiteliales son consideradas como mecanismos de defensa de los organismos contra un factor de estrés. Esta interpretación es apoyada por observaciones en renacuajos sobrevivientes, que mostraron sólo las formas moderadas de displasia intestinal. En muchos casos las reacciones de defensa de las larvas eran insuficientes ... No está claro por el momento si el daño intestinal es reversible en renacuajos”.
Acerca de este último aporte de los científicos, publicado en inglés en Elsevier, una editorial líder en la difusión de investigaciones de salud, dijo Lajmanovich: “demostramos la potencial genotoxicidad y efectos sobre el sistema digestivo de animales del Bacillus thuringiensis. Sus toxinas se usan para el control de larvas de mosquitos y actualmente es parte de los OMG (organismos genéticamente modificados), en especial el conocido maíz Bt. Existe un intenso debate científico por la potencialidad (del maíz Bt) para producir ‘contaminación genética’ en los maíces criollos, y sobre las toxinas Cry del BT sobre su aparente ‘no inocuidad’ para los vertebrados (animales y humanos)”.
Los estudios realizados en renacuajos de Leptodactylus latrans (rana criolla) resultaron, como se puede observar, de enorme utilidad y provocarán nuevos debates en torno de los insecticidas y la manipulación genética.
El trabajo puede encontrarse con esta cita en internet, en la Editorial Científica Internacional Elsevier.: (*) Lajmanovich R.C., Junges C., Cabagna Zenklusen M.C., Attademo A.M., Peltzer P.M., M. Maglianese., Márquez V.E., Beccaria A. 2015. Toxicity of Bacillus thuringiensis var. israelensis in aqueous suspension on the South American common frogLeptodactylus latrans (Anura: Leptodactylidae) tadpoles. Environmental Research 136: 205-212.
Cruzamientos peligrosos
La revista del Grupo Semillas de Colombia publicó un estudio sobre la contaminación genética de las razas del maíz criollo en el norte de Sudamérica.
“El maíz es una planta de polinización cruzada. El polen es viable 24 horas y es dispersado por el viento y los animales. Una planta de maíz libera14 a 50 millones de granos de polen. Varios estudios realizados sobre la distancia a la cual el polen de maíz es transportado por el viento muestran que con vientos lentos a moderados se presenta alta concentración de polen a 1m de la fuente. 2% llega a 60m; 1,1% a 200m, 0,5% a 500m y 0,2 % a 800m. Si es transportado por insectos: el polen viaja varios kilómetros. Con vientos fuertes el polen puede viajar hasta a 180km. La Agencia Europea de Medio Ambiente considera que el maíz tiene ‘riesgo medio a alto’ para transferencia de genes hacia otras plantas de la misma especie. Adicionalmente el Instituto Tecnológico de Gestión Agraria de Navarra (España) encontró dispersión de polen de maíz a distancias por lo menos de 500m. Un estudio de la Unidad Nacional de Investigación sobre polen del Reino Unido señaló que el porcentaje de flujo de polen y cruzamiento de maíz que se presenta a una distancia de 600m es de 0,8% y a 800m de 0,2%”.
“Estos datos evidencian el peligro real que existe de que el polen del maíz transgénico pueda contaminar variedades nativas de los centros de origen, como se presentó en México. También la contaminación de las variedades locales y convencionales de países como Colombia, que son centros de diversidad del maíz. Para el caso de México, varios análisis han mostrado que gran parte de las semillas nativas de las comunidades indígenas y campesinas están contaminadas con maíz transgénico importado de Estados Unidos. Esta situación ha generado una fuerte movilización y rechazo por parte de las organizaciones de México, mediante campañas y acciones en defensa de la cultura del maíz”.
“Colombia presenta gran diversidad de maíces nativos, de los que se han referenciado cientos de variedades pertenecientes a 23 razas, especialmente en la región Caribe y en la región Andina, que son las áreas donde las comunidades indígenas y campesinas las han conservado y manejado (por ejemplo: maíz azulito, cariaco, negrito, piedrita, ojo de gallo, diente caballo, clavito, montañero, puya y chamí, entre otros.) Estos maíces han sido la base fundamental para la soberanía alimentaria, especialmente de las poblaciones rurales. Uno de los principales peligros que tendría introducir maíz transgénico en Colombia, es que los genes modificados genéticamente se transfieran hacia las variedades criollas y las contaminen, perdiéndose así las características originarias de este importante patrimonio genético del país”.
Regalitos del sistema
Monsanto y otras multinacionales son responsables principales, con los gobiernos que autorizan sus patentes, del riesgo ambiental de las manipulaciones genéticas.
“El maíz RoundUp Ready (RR) –dicen los colombianos- ha sido modificado genéticamente para expresar tolerancia al herbicida glifosato de Monsanto. Una de las mayores preocupaciones de liberar este maíz en Colombia, es la transferencia de los genes que dan esta característica de resistencia, hacia los maíces criollos o hacia las malezas de gramíneas cercanas a esta especie, lo que podría generar nuevas malezas resistentes a herbicidas. Sería casi imposible impedir que esta situación se presente, tanto por condiciones ambientales o por el uso, manejo e intercambio del maíz que realizan las poblaciones rurales. Una vez el maíz transgénico circule libremente dentro del país, bien sea vía alimentos importados o a través de cultivos comerciales, no es posible realizar un control que evite el ingreso de este tipo de maíz a las diferentes regiones y comunidades en las cuales se siembra maíz e inevitablemente, tarde o temprano sus variedades criollas serán contaminadas”.
“El maíz Bt es una variedad a la cual se le ha introducido genes de una bacteria del suelo llamada Bacillus thuringiensis. Esta bacteria produce una toxina que controla algunos insectos plaga de la familia Lepidóptera (mariposas). Cuando se libera comercialmente un cultivo de maíz Bt en un país como Colombia, podrían ocurrir varios eventos, entre los que podremos enumerar: las plagas podrían adquirir la resistencia a la toxina Bt, debido a la exposición permanente a la toxina (durante todo el ciclo de cultivo). Esto ya ha ocurrido en la agricultura convencional debido al abuso de insecticidas, problema que podría agudizarse con el uso masivo de los cultivos Bt”.
“La toxina Bt, en las condiciones de un cultivo transgénico se encuentra permanentemente en la planta. Esto quiere decir que la planta se convierte en un bioplaguicida, que se produce durante todo el ciclo del cultivo y en una mayor concentración que cuando dicha toxina es aplicada de forma asperjada. Además, estamos hablando de la capacidad que tiene la toxina de autorreproducirse dentro de un ser vivo que se transmite de una generación a la siguiente. Por lo anterior, las autoridades competentes en materia de bioseguridad, tanto en Estados Unidos como en Europa, requieren una evaluación mucho más estricta para los cultivos Bt con respecto a otro tipo de cultivos transgénicos”.
“Otro evento que podría ocurrir con un cultivo Bt es que al controlar una plaga primaria, las plagas secundarias que no son controladas por la toxina del cultivo se conviertan en plagas principales. Esto ocasionaría que se tenga que utilizar mayor cantidad de insecticidas para su control, situación ya ocurrida en la China con el cultivo de algodón Bt luego de 5 años de cultivo y evaluación, entre 1997 a 2001”.
“Además, las toxinas que producen estas plantas, pueden afectar a los insectos benéficos que ayudan al control de plagas en los cultivos”.
“En Suiza, un experimento con larvas de Crisopa carnea reveló que la mortalidad de éstas se duplicó cuando consumieron larvas de taladradores alimentados con maíz Bt de Novartis. En el Reino Unido, en un estudio con coccinélidos, que son controladores de plagas, se encontró que fueron afectados por la toxina Cry 1Ab en maíz Bt. Adicionalmente, pueden existir impactos sobre los microorganismos del suelo a partir de los residuos de cosecha y exudados en el suelo de los cultivos Bt. En el mundo, no se han realizado estudios suficientes que evalúen estos posibles efectos y su impacto en los ecosistemas. Un estudio realizado en la Universidad de Nueva York encontró que la toxina Bt permanece activa en el suelo hasta 234 días. Igualmente en Estados Unidos un estudio demostró que la toxina Bt tiene efectos tóxicos en la lombriz Lumbricus terrestres”.
Por supuesto que, luego de diversas consideraciones, el estudio llama a rechazar los patentamientos de semillas, los OGM, y la introducción de semillas transgénicas en el país, sostenido en principios de precaución.
La Argentina, y dentro del país Entre Ríos, han introducido semillas con cambios genéticos sin más análisis que las presuntas ventajas económicas. ¿La biodiversidad, la salud? Bien, gracias.
Daniel Tirso Fiorotto - De la Redacción de diario UNO – 1 de diciembre de 2014.-
viernes, 14 de noviembre de 2014
Presentación de un libro
Américo Yuarman quien firma bajo el seudónimo "Américo Schvartzman", ha escrito un libro.
Muchos escriben libros, pero Américo no es uno de muchos, el viene a proponernos un debate, el debate que nos debemos, "Deliberación o Dependencia" y bajo este título nos hablará de "Ambiente, licencia social y democracia deliberativa" entre otros temas que son de su interés y del nuestro.
Por eso nos alegramos de poder presentarlo, en colaboración con la Biblioteca Popular "Juan Bautista Alberdi", en Marnos, aquí en Larroque, al lado de las vías del ferrocarril,
el próximo jueves 20 a las 21:00 hs. ¿Te lo vas a perder?
Muchos escriben libros, pero Américo no es uno de muchos, el viene a proponernos un debate, el debate que nos debemos, "Deliberación o Dependencia" y bajo este título nos hablará de "Ambiente, licencia social y democracia deliberativa" entre otros temas que son de su interés y del nuestro.
Por eso nos alegramos de poder presentarlo, en colaboración con la Biblioteca Popular "Juan Bautista Alberdi", en Marnos, aquí en Larroque, al lado de las vías del ferrocarril,
el próximo jueves 20 a las 21:00 hs. ¿Te lo vas a perder?
viernes, 24 de octubre de 2014
Pensando en Larroque
A todos quienes participaron de este ciclo de una u otra manera, ya sea en uno o más encuentros, proponiendo, debatiendo y simplemente escuchando, a quienes nos alentaron desde la webb o se sintieron interesados en la propuesta los invitamos al cierre de ciclo, el próximo viernes 31 de octubre a las 20:30 hs.
jueves, 9 de octubre de 2014
PENSANDO EN LARROQUE 13
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“Si me preguntan por qué hice Talando Espinillos, sería muy
difícil responder” nos dice de entrada, pero en el intento de explicarlo nos relata
historias de su vida que están estrechamente ligadas a la historia del deporte
larroquense.
Recuerda que siempre le gustaron las actividades
comunitarias, en especial (por su área de trabajo) los torneos deportivos; que
recién regresado al pueblo como docente de Educación Física, organiza un torneo
de 4 escuelas de la región, al que luego seguirían, el recordado “Mecha Lesca”,
el trazado de la pista de atletismo en la manzana donde hoy se erige el
edificio de la Escuela Nro 15 “José B. Virué”, el “Intergrados” y tantas otras
actividades entre las que el Basquetbol ocupó un lugar preponderante.
Cree reconocer en esas actividades, los antecedentes de
su
búsqueda histórica, pero insiste en el concepto de que es muy difícil saber por
qué razones uno hace determinadas cosas.
Es probable nos dice que la serie “Talando Espinillos”
surgiera más por interés en el video que en los acontecimientos históricos en
sí mismos.
Empezó en 1995, y recuerda que fue Marta Suárez, nieta de
don Faustino Suárez, quien “provocó el detonante, con su historia familiar”,
así que allá fueron a entrevistar a su padre, Chacho (Faustino Pedro) Suarez,
hijo de don Faustino.
También fue Marta, quien aportó datos sobre doña Melchora
Godoy, hija de quien fuera comisario de Pehuajó en tiempos en que Larroque aún
no contaba con policía propia.
Piensa que una de las claves del ciclo fue haber acertado
con las personas a quienes entrevistaron.
Se propuso desarrollar una historia secuencial año por año,
pero llegando a 1927 era necesario trabajar sobre la usina eléctrica de don
Victoriano de Miguel y no logró conseguir ninguna fotografía de la misma, lo
que fue un obstáculo que llevó a suspender la serie de videos, de la que, con
algunos aún sin editar, tiene 41 casetes
de aproximadamente 3 horas de duración cada uno. (no sabemos la cantidad de
capítulos). Entre las historias que mejor recuerda están el nombrado reportaje
a Chacho Suarez, la historia del Molino San Antonio, con reportajes a antiguos
trabajadores como Gómez y Benítez y la documentación de doña “Chichita”
Taffarel; la visita a la casa de “los Taffarel” en Talitas, una de las más
antiguas de la región, con tirantes del techo atados con tiento; las historias
y anécdotas del deporte, como el club Luna y los orígenes de Central y de
Sportivo.
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La serie “Larroque Ciudad” estuvo dedicada en exclusiva a la
investigación sobre los nombres de las calles de la ciudad y cuenta con unos 30
capítulos (correspondientes a 30 calles) basados en la investigación histórica
realizada por la profesora Graciela Benvenutto. La información la obtenía de
las familias de los implicados y para algunos nombres debió ir hasta el
cementerio local en busca de datos sobre fechas de nacimiento y/o muerte…
Recuerda un solo caso en que no logró dar con datos fehacientes sobre la
historia del personaje (Mussi) que tiene una calle con su nombre. Esta serie
está muy incompleta, nos dice, ya que debe haber cerca de cien calles en la ciudad.
Sobre el final del encuentro, las anécdotas de “Chichín”
comienzan a compartirse y cruzarse con las de los demás participantes y la
conversación deriva hacia una diversidad
imposible de registrar en este resumen… Los deportes antiguos como la pelota
vasca, con el frontón que aún se erige frente al extremo suroeste del Parque de
la Estación, el tenis criollo, con paletas de madera, el futbol de siempre, los
viajes con chicos (algunos, hoy mayores, están presentes en este encuentro) para los
torneos de Básquet, los personajes de algunas calles, unos interesantes, otros
llamativos, varios desconocidos para la mayoría.
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A quienes nos han seguido en estos dos años les decimos que
el próximo encuentro será el último de este ciclo y nos gustaría contar con la
participación de todos, a modo de clausura, en fecha y lugar a confirmar.
sábado, 27 de septiembre de 2014
Repudian las patentes sobre semillas y llaman a la resistencia
GACETILLA DE PRENSA
Repudian las patentes sobre
semillas y llaman a la resistencia
En otra jornada de lucha mundial contra Monsanto y el sistema de los agronegocios con transgénicos y agrotóxicos, organizaciones sociales del litoral firmaron hoy 25 de setiembre de 2014 una declaración titulada “La patente sobre semillas es ilegítima, los pueblos deben resistencia al tirano”.
Con la firma de las agrupaciones Junta Abya Yala por los Pueblos Libres y Programa de Extensión "Por una nueva economía, humana y sustentable" de la Carrera de Comunicación Social, UNER, el documento repudia las patentes sobre las semillas y sostiene que son “una declaración de guerra del capital a los pueblos y a la libertad”.
A continuación, el documento completo firmado en Paraná, que termina con la consigna “Muera Monsanto”.
DOCUMENTO DE ORGANIZACIONES SOCIALES DEL LITORAL
La patente sobre semillas es ilegítima,
los pueblos deben resistencia al tirano
Frente a la nueva arremetida de las multinacionales para profundizar el ordenamiento de la producción de alimentos de acuerdo a sus mezquinos intereses, ratificamos que toda patente sobre semillas es una violación, y que los pueblos tienen derecho a la resistencia frente a una pretendida apropiación.
Hemos sido atropellados por el capital financiero mundial, las multinacionales y sus socios y seguidores en el país. Cada día queda menos margen para la vida comunitaria en armonía, y ese es el resultado de un sistema que tiene como paradigma a Monsanto y sus socios. Un sistema enemigo de la vida que ya está instalado, y que los gobiernos deben revertir, jamás acentuar como lo están haciendo.
Estamos ante nuevas maneras de extender el colonialismo con la reducción de las mayorías a la servidumbre, el desprecio de la biodiversidad, el retaceo de semillas y la aplicación de la usura patentando la vida, luego de introducir cambios genéticos con una soberbia que es propia de los patrones del régimen.
Como respuesta, las organizaciones sociales nos vemos en la obligación de estudiar para tomar conciencia. El conocimiento y la amistad de los pueblos son nuestras fuentes.
De allí derivarán los planes para la independencia, y esa independencia exige la expulsión del capital financiero, la erradicación de la usura.
Cualquier persona que siembre tiene derecho a usar semillas de su producción, intercambiarlas, regalarlas, y a cultivar sin riesgos de que los transgénicos modifiquen los ciclos biológicos y contaminen la naturaleza.
Este sistema implantado con el solo interés del lucro es el fruto de la modernidad esclavizadora, genocida. Nosotros somos hoy los indios, los negros, los gauchos, la barbarie. Las multinacionales, los estados que las apañan y sus socios vernáculos traen zozobra y muerte, en las antípodas de José Artigas que devolvió tierra y dignidad a los indios, los negros, los gauchos, esperanzas a los que el régimen llama barbarie.
El genocidio del Abya Yala sigue vigente por distintos medios. Hoy se expresa en los transgénicos y el riego con cocteles de químicos que atentan contra la salud, ante la mirada cómplice de empresarios, políticos y profesionales ligados al negocio.
Sufrimos un éxodo lacerante, y el capital llega en el siglo XXI a devorar lo poco que va quedando tras cinco siglos de saqueos.
Los legisladores no están autorizados por los pueblos a acompañar los desmanes del gran capital, las patentes sobre las semillas no tienen licencia social, y las leyes contra la vida demuestran que los legisladores no representan hoy más que sus intereses y los de sus opulentos socios del sistema.
Hace casi dos años firmamos con numerosas organizaciones del litoral argentino un documento en defensa del maíz y la vida. Allí declaramos al maíz (Zea mays) semilla venerable e inviolable de Abya Yala y el planeta, alimento sustancial de la especie humana, y advertimos que desconocemos toda patente privada o propiedad intelectual sobre la semilla o la planta del maíz. Repudiamos las patentes. A las semillas no las fabrican los ricos, son de la naturaleza, y hay miles de años de trabajo e ingenio humano puestos en algunos cultivos. No estamos dispuestos a entregar la soberanía. Nadie, absolutamente nadie es propietario de la genética de una semilla.
Focalizamos un cultivo milenario, símbolo entre los alimentos del Abya Yala, pero hicimos extensivas nuestras prevenciones por todas las especies.
En estos días de setiembre de 2014 acompañamos otro documento, junto a entidades hermanas, titulado “no nos patenten la vida”. Allí sostenemos que no hay nada que negociar con la invasión colonial, no hay coexistencia posible.
La producción a gran escala con químicos y transgénicos, el patentamiento de semillas y las exigencias de regalías a los que sembramos son las armas de un ataque neocolonial que no da lugar a la vida familiar, a las chacras, a la producción orgánica de los campesinos, a los conocimientos milenarios, a la alimentación sana.
Las patentes sobre las semillas son una declaración de guerra del capital a los pueblos y a la libertad. Tomamos nota. Detrás de estos proyectos para apropiarse de la vida hay un tirano que se llama capital financiero. Los legisladores están obligados a actuar contra ese tirano y contra todo avasallamiento.
Nuestros reclamos deben ser entendidos como reafirmación de la libertad de las semillas, del derecho a cultivar la tierra. Somos muchos los que abrimos los ojos ante la prepotencia de los imperialismos que se disputan nuestro suelo, y de la metrópolis unitaria mitre-roquista.
Ante el despotismo rescatamos como arma invencible la sensatez de nuestras luchas.
La tierra no es del hombre, el hombre es de la tierra. No hay derecho legítimo a romper, llevados de ilusiones pasajeras, nuestra honda pertenencia al paisaje y nuestra solidaridad con los pueblos y demás seres vivos de mañana, en todas las latitudes.
La unidad de los pueblos del Abya Yala y el mundo nos hará libres.
Como cada día 25 decimos con miles en el mundo ¡muera Monsanto!
Paraná, 25 de setiembre de 2014.-
Junta Abya Yala por los Pueblos Libres –JAPL-.
Programa de Extensión "Por una nueva economía, humana y sustentable" de la Carrera de Comunicación Social, UNER.
sábado, 20 de septiembre de 2014
Pensando en Larroque 13
Como estaba planeado, el jueves 25 de setiembre nos encontramos en el Pensando en Larroque Nro. 13, con el Profesor Oscar Viale y un muy buen grupo de amigos de Mingaché. Ya compartiremos los comentarios de la misma.
lunes, 15 de septiembre de 2014
Nos publican medios locales
Gracias SurEr
http://www.surer.com.ar/web/nota-431-encuentro_pensando_en_larroque_con_tirso_fiorotto
Gracias Portal Larroque
http://portallarroque.com.ar/2014/09/14/mingache-ecos-de-la-ultima-y-fructifera-reunion-del-grupo/
http://www.surer.com.ar/web/nota-431-encuentro_pensando_en_larroque_con_tirso_fiorotto
Gracias Portal Larroque
http://portallarroque.com.ar/2014/09/14/mingache-ecos-de-la-ultima-y-fructifera-reunion-del-grupo/
jueves, 11 de septiembre de 2014
Pensando en Larroque 12
Días atrás realizamos el 12do encuentro de este ciclo “Pensando en
Larroque”, que ya va llegando a su fin.
En
este caso contamos con la participación de Daniel Tirso Fiorotto, licenciado en
Comunicación, periodista del diario Uno, colaborador de Análisis y otros
medios, esposo y padre de familia, oriundo de estos pagos y residente actual en
Paraná, miembro fundador y presidente del Centro de Estudios “Junta Abya Yala
por los Pueblos Libres” y amigo de Mingaché entre muchos otros datos de un
frondoso currículo, pero sobre todo un lúcido pensador de las cosas que nos
pasan a los habitantes de Nuestra América en general y a los entrerrianos en
particular, un incansable divulgador de las verdades históricas, actuales y
ambientales, generador de ideas superadoras para la comunidad y denunciante
crítico del establishment corporativo.
Como
viene ocurriendo en cada uno de los encuentros, nuestro visitante nos mostrará
a Larroque desde un punto de vista marcadamente diferente al de los demás
disertantes, en un apreciable aporte a la diversidad a la vez que a la búsqueda
de “lo comunitario”.
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Si hiciéramos una encuesta en Paraná, o en
Larroque, nombrando 50 problemas que nos preocupen, encontraríamos que son los
mismos que en la mayoría de nuestras ciudades; sin embargo pocos hablarían de
los asuntos realmente importantes como el capitalismo por ejemplo o el
federalismo, que inciden sobre el resto.
La ciudad tiene singularidades, matices
que le dan vida propia pero no identidad suficiente para explicarse aislada del
contexto.
Soy de la tierra de Juan L. Ortiz, de
Andrade; los problemas de Gualeguaychú son los de Larroque, los de Larroque son
los de Gualeguay; la misma Entre Ríos, provincia empobrecida que tal vez un día
vuelva a ser autónoma, no se explica a sí misma sin santa Fe, sin Corrientes,
sin la Banda Oriental.
En el contexto histórico pasa lo mismo, Larroque no nació hace
100, tenemos 13000 años aquí, en los que se han encontrado vestigios de seres
humanos.
La nuestra es una comunidad criolla y
canaria, profundamente oriental, y con afluencias de otras nacionalidades. En
nuestros rostros está el charrúa, el gaucho que luchó por el federalismo que
hoy es letra muerta de la Constitución.
Es cierto que el ferrocarril fue una herramienta extraordinaria,
pero no nacimos con él. Tenemos abuelos canarios, criollos, africanos,
charrúas, chanás, guaraníes, abuelos que habitaron este suelo mucho tiempo
antes de la llegada del tren, no podemos limitarnos.
Lo mismo en lo económico… la clase media
no puede creer que ella es la identidad, sería un grave error… “En la escuela,
conmigo, empezamos 50 compañeros diversos, y terminamos en el secundario casi
sólo los gringos”… y a veces creemos que es por mérito nuestro, sin darnos
cuenta que es culpa de un régimen discriminador, eurocentrado.
Somos producto de una tremenda injusticia que seguimos
reproduciendo de generación en generación y la naturalizamos, una mentira
inventada por Europa que nos cuesta quitarnos de encima.
Debemos ver a Larroque en su contexto: Entre Ríos, la Liga de los
Pueblos Libres, el litoral, el Abya Yala. La Argentina ha tenido y sigue
teniendo su mirada puesta en Europa, mucho más que los demás pueblos de la
región y eso nos hace poco queridos en el continente… una deformación de siglos
nos hace ver como extranjeros a orientales, paraguayos, bolivianos… Pero la
unidad no está en el idioma solamente, la unidad del Abya Yala no la produce la
colonización europea, esa invasión; está en las culturas ancestrales, en las
formas solidarias de vida, en el respeto por el ambiente, la armonía en el
paisaje.
Habla de términos como sumak kawsay (vivir
bien), jopói (mano abierta mutuamente).El invasor trajo el individualismo, el
capitalismo, la ganancia, la competencia. Con la invasión llegan el capitalismo
y la esclavitud. Borraron las culturas y se adueñaron de la tierra. Sin
embargo, hay finas raíces que no lograron cortar del todo, que podemos
recuperar.
“¡Ay de los que juntan casa con casa y
heredad tras heredad…! ¿Habitarán solos la tierra?” cita de memoria los Ayes
contra los impíos del Libro de Isaías…. pero, agrega, en la Argentina, y
principalmente en Entre Ríos, los latifundistas acumulan tierras
pero no viven aquí… Nuestra provincia es la más expulsora de sus habitantes,
afirma, comparando censos y cifras relativas a crecimiento demográfico en la
Argentina.
Algunos servicios no ayudan mucho para la
comprensión, el periodismo, por caso, muy dependiente del capital porque se
sostiene con propaganda, nos
hace naturalizar la expulsión; así es que el destierro no nos hiere el corazón…
siempre encontramos una excusa para acusar al expulsado…. pero la realidad es
que la estructura económica destierra a 40 personas por día.
Olvidamos a los que se van, eso nos pasa a muchos, aceptamos este
flagelo como normal. El latifundio es una rémora que expulsa a sus hijos… cita
a Arturo Capdevilla. “La tierra en que se nace no es una madre, es una novia, y
está pidiendo desposorio. Más en donde la tierra yace en la esclavitud estas
nupcias con el trabajo son imposibles; la tierra espléndida se queda triste y
el novio magnífico se va”.
No podemos explicar Larroque si no aceptamos que Larroque es una
zona, un pueblo que expulsa a sus hijos, un pueblo que hoy debería tener 15000
habitantes (si hubiera seguido la media nacional) y tiene poco más de 6000.
Hay que verlo en su zona, en la provincia, en el departamento.
El desarraigo hace que se pierdan tejidos
de conocimientos, conocimientos que venían de antiguo, modos de vida, modos de
relación (además de la técnica).
Muchos fueron expulsados afuera del territorio, otros viven
también desarraigados en barrios marginales de las grandes ciudades, sin
expectativas, sin trabajo, cuando la tierra está deshabitada, y sus dueños son
terratenientes, multinacionales… el capital financiero con los pooles. Nosotros
somos sus siervos.
Larroque no logra tomar conciencia de la gravedad de la expulsión
por la llegada del campesino de los alrededores.
No debemos creer el
cuento europeo de la propiedad absoluta que destruye el paisaje y expulsa al
hombre.
Mi visión no es catastrófica, aclara, pero creo que debemos
sentarnos a pensar qué carajo hemos hecho con nuestra región. Nos peleamos por
diferencias partidarias menores sin descubrir lo que permanece… y lo que
permanece es Monsanto, Wallmart… muchos políticos son sólo sus gerentes. El que
manda es el capital financiero que compite en completa desigualdad.
Debemos tomar conciencia de que no hay
lugar para la convivencia con el capital financiero… ellos o nosotros… porque
ya nos declararon “zona de sacrificio”. Los capitales: Monsanto, Syngenta,
Wallmart, Cargill…. arreglan y nos expulsan… No quedan ya ni las taperas porque
las entierran.
Con mi padre vivíamos en el campo, mi padre guardaba una semilla
para la siembra del próximo año; hoy, 30 años después no queda nadie, los
caminos son intransitables (nada de esto es casualidad), la semilla que se
guarda no sirve y hay que comprar otra (y encima la quieren patentar, le
introducen cambios genéticos para hacernos dependientes). A las tierras de
Entre Ríos las compran otros, pero no el campesino; evidentemente molestamos y
se ha abierto el gallinero a los zorros.
Cristina (la Presidente Fernández) puede ser una ricachona
soberbia, pero no es nada comparada por ejemplo con los hermanos Walton… Y a
Wallmart lo trajeron los radicales y lo expandieron los peronistas. Aquí se
explaya sobre el parasitismo de las multinacionales.
Al tiempo que señala condiciones propias
de los larroqueños vinculadas al deporte, la música y otras artes, apunta
que el poder político de Larroque también en algunos casos se muestra como
medio corrupto y medio sojero… pero es que la soja vino a fijar un modelo
corrupto.
Tenemos que buscar
soluciones pero no podemos hacerlo si no descubrimos nuestra identidad. No
puede seguir pasando que por aceptar eso de la ganancia como motor de la
economía, destruyamos todo.
Somos víctimas de la propaganda, de la promoción expresa, pero
también de la escuela y la familia y la iglesia… Todas estructuras que
naturalizan un sistema oprobioso.
Estamos metidos en una red con la que
colaboramos consumiendo, con consumos suntuarios… pero tiene que haber algo en
nosotros que nos permita responder, tomar conciencia.
El antropocentrismo importado de Europa nos lleva a la ruina,
somos reyes y nos tomamos las atribuciones, destruimos el monte, la
biodiversidad, los humedales el suelo, las comunidades… Pero en el Abya Yala
había otras costumbres, otro modo de interpretar la realidad: no era necesario
acumular porque el otro siempre podía auxiliarme… vivir bien no era (no es)
vivir mejor que el otro sino con el otro... el hombre en armonía con el
entorno, no por encima, pidiendo permiso.
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Debemos recuperar los conocimientos que
quedan, nos dice con entusiasmo, rescatar el arte, el folclore, la tradición
con su sentido profundo de sabiduría… la gauchada… el mate, que genera un
ámbito de conocimiento, de amistad, de reunión, donde no se puede macanear
porque estamos respirando el mismo aliento de nuestros antepasados, el mate que
trasciende las fronteras ficticias creadas por la oligarquía, pero también las
fronteras del tiempo.
A
partir de aquí la reunión se abre al aporte de anécdotas de los participantes,
se sirven algunas delicias caseras y de las otras y el diálogo transcurre por
diversos temas que obviaremos por razones de espacio.
Finalizamos
con guitarreada incluida cerca de las tres de la mañana.
miércoles, 10 de septiembre de 2014
NO NOS PATENTEN LA VIDA
Si deseas adherir a la campaña envia mail a
semillabiencomun@gmail.com
https://www.facebook.com/pages/No-nos-Patenten-la-Vida/332648286893101
Documento colectivo:
NO NOS PATENTEN LA VIDA
Campaña contra la privatización de las semillas en Argentina
A modo de conclusión
semillabiencomun@gmail.com
https://www.facebook.com/pages/No-nos-Patenten-la-Vida/332648286893101
Documento colectivo:
NO NOS PATENTEN LA VIDA
Campaña contra la privatización de las semillas en Argentina
Una nueva
amenaza de las corporaciones agro-biotecnológicas se cierne ante la sociedad:
la modificación de la legislación vigente en materia de semillas. Se trata de
un anteproyecto para la reforma de la Ley de Semillas y Creaciones
Fitogenéticas (Ley N° 20.247/1973) que está siendo impulsado por intereses
concentrados del agronegocio. Su versión preliminar ya estaría en manos del
Poder Ejecutivo para su última revisión, a la espera de ser enviado al Congreso
Nacional para su tratamiento.
En un contexto mundial marcado por un fuerte embate del neoliberalismo
-que incide sobre la producción y el comercio global de alimentos
(transformados en commodities)-, la expansión del extractivismo agrario, el
aflojamiento de controles ambientales y la desaparición de pequeños
agricultores, componen una ofensiva corporativa estratégica que aquí
denunciamos. Las modificaciones en la ley de semillas forman parte de este
conjunto de políticas.
Diversas estrategias tendientes al patentamiento de las semillas han
sido ensayadas a lo largo y a lo ancho de América Latina y el Caribe. Tales
iniciativas, promovidas en los últimos años por los gobiernos de turno y
corporaciones transnacionales como Monsanto, fracasaron en muchos casos gracias
al accionar de las resistencias sociales.
A pesar de la crisis económica y del cambio climático, el modelo sojero
-paradigma del extractivismo agrario- continúa profundizándose en nuestro país.
La devaluación del peso argentino impulsada por el Gobierno nacional a
principios de este año permitió que el complejo agroexportador volviera a
obtener ganancias exorbitantes. Los productores sojeros celebraron que la
superficie sembrada con soja transgénica superara, por primera vez en la
historia, las 20 millones de hectáreas. En tanto, las corporaciones del
agronegocio y sus socios especulan con una nueva devaluación para su beneficio;
hecho que se explicaría en buena medida por la crisis financiera internacional,
la actual brecha cambiaria y el proceso inflacionario que incide sobre los
ingresos de los sectores populares.
Mientras este paradigma avanza, las funestas consecuencias sociales y
ecológicas de los agronegocios también se profundizan. El llamado “crecimiento
económico” celebrado por el gobierno y las corporaciones, representa la
“expresión amable” de un modelo agro-minero-exportador basado en el sacrificio
de los pueblos, el despojo de sus territorios y la devastación de la
naturaleza. Para corroborarlo, basta con destacar que durante los últimos años
la expansión de la frontera agrícola devastó más de 2,5 millones de hectáreas
de bosques nativos; las fumigaciones masivas con agrotóxicos, asociadas con
gravísimos problemas sanitarios en la población (tales como cánceres y
malformaciones), superaron la barrera de los 300 millones de litros anuales; el
agotamiento de los suelos y sus nutrientes continúa agudizándose como
consecuencia del monocultivo y la siembra directa con su paquete tecnológico
(glifosato). Todo ello conduce al
desplazamiento compulsivo de las poblaciones, consecuencia de la
ampliación de la frontera agrícola que continúa desestructurando economías
regionales, destruyendo culturas ancestrales y desarraigando formas de vida
comunitaria, obligando a millones de personas a migrar hacia las ciudades en
busca de sustento para sus familias, lugares en los que pasan a engrosar los
cordones periurbanos de hacinamiento y de miseria.
A pesar de semejante escenario, los cuestionamientos existentes y la
evidencia de sus impactos negativos, el gobierno nacional apuesta al
afianzamiento del modelo de los agronegocios, con la anuencia de gran parte de
la oposición. Así, la institucionalización progresiva del Plan Estratégico
Agroalimentario y Agroindustrial 2020 (PEAA 2020) diseñado por el Ministerio de
Agricultura, cuyo objetivo fundamental consiste en alcanzar una producción de
160 millones de toneladas de granos (fundamentalmente soja) en un plazo de seis
(6) años, supone un incremento brutal de la superficie cultivada, que pasaría
de las actuales 34 millones de has. a las 42 millones de has. Las implicancias
de una expansión de tales magnitudes redundarían en el agravamiento de las
actuales consecuencias socio-ambientales derivadas de un sistema productivo que
se inscribe dentro de los modelos extractivistas imperantes en América Latina.
Otros datos dan cuenta de la orientación asumida por el gobierno
nacional en aras de profundizar el modelo de los agronegocios: Desde la
aprobación de la soja RR en el año 1996 hasta la fecha, el Estado -a través de
la Comisión Nacional de Biotecnología Agropecuaria (CONABIA)- emitió
autorizaciones comerciales para 30 eventos transgénicos (en soja, maíz y
algodón) y tuvo como beneficiarios a corporaciones tales como Monsanto,
Syngenta, Bayer, Dow AgroSciences, Pioneer, AgrEvo, Basf, Nidera, Novartis y
Ciba-Geigy. Lo ilustrativo es que sobre el total de estos eventos transgénicos,
23 fueron aprobados entre 2003 y 2014 por los gobiernos de Néstor Kirchner y
Cristina Fernández, y fue Monsanto el principal beneficiario del otorgamiento
de dichas autorizaciones. Además, las aprobaciones se realizaron mediante
simples resoluciones ministeriales, sin controles ni debates públicos y sin
tener en cuenta el principio precautorio. Asimismo, las
evaluaciones sanitarias y ambientales de dichos eventos transgénicos se
siguen efectuando en base a estudios proporcionados por las propias empresas.
En este contexto general, luego de aprobar las nuevas semillas
transgénicas de soja y maíz desarrolladas por Monsanto, el gobierno nacional
estaría buscando una reforma de la ley de semillas para favorecer a las
corporaciones biotecnológicas en su objetivo de apoderarse por completo de la
producción de los alimentos y del control de las cadenas alimentarias.
El anteproyecto para reformar la ley de semillas
El gobierno nacional y las corporaciones agro-biotecnológicas buscan
armonizar criterios comunes en materia de semillas, patentamientos y cobro de
regalías. De esta manera lograron condensar en un anteproyecto las expectativas
de los intereses del agronegocio para reformar la antigua Ley de Semillas y
Creaciones Fitogenéticas, con el fin de adecuarla a los parámetros
internacionales que regulan la protección de las obtenciones vegetales
(semillas) conforme a los sistemas de propiedad intelectual.
En nuestro país contamos con dos sistemas de propiedad intelectual: 1)
la protección de la propiedad de las creaciones vegetales mediante el Derecho
del Obtentor (DOV) establecido en la actual ley de Semillas, y 2) el sistema de
Patentes de Invención y Modelos de Utilidad (establecido por Ley 24.572). Esta
última excluye expresamente el patentamiento de plantas.
Es importante destacar que los Derechos del Obtentor también se aplican
para variedades que se descubren, dado que no exigen exclusivamente una
invención. Conforme esta premisa, aquel que descubre o inventa una variedad
puede tener derechos sobre la misma sin que el agricultor que la cultiva pierda
su derecho al uso propio, es decir, la libertad de utilizar parte de su cosecha
para una nueva siembra.
Esto cambiaría sustancialmente en caso de adoptarse el sistema de
patentes tal y como lo establece, casi de modo encubierto, el anteproyecto para
modificar la ley de semillas. El uso propio se vería seriamente restringido y
además, actividades ancestrales como el libre almacenamiento, selección,
reproducción, mejoramiento, preservación e intercambio de semillas provenientes
de la cosecha, resultarían coartadas o, en el peor de los casos,
criminalizadas. Por otra parte, el anteproyecto propone la creación de sistemas
de registro y control (habilitando, por ejemplo, el intercambio de semillas
sólo entre usuarios registrados ante el Estado) así como la configuración de un
sistema de penalización para aquéllos que no se adecuen a las exigencias
establecidas. Asimismo, se propone el apuntalamiento de un poder de policía
para facilitar el decomiso de semillas, suspensiones, inhabilitaciones, etc.
Además, se anularía la posibilidad de que otros
obtentores puedan reproducir nuevas variedades vegetales.
Cabe destacar que las políticas de patentamiento forman parte de las
prioridades del gobierno nacional en materia productiva, lo que explica que
varios órganos estatales hayan estado promoviendo, en los últimos años,
iniciativas de apropiación y privatización de saberes y semillas. Un ejemplo de
esto es que las asociaciones de carácter prebendario entre empresas
agro-biotecnológicas y organismos del Estado hayan llegado a desarrollar
patentamientos propios. Tal es el caso de la soja HB4 resistente a la sequía,
un desarrollo conjunto entre el CONICET, la Universidad Nacional del Litoral y
Bioceres, esta última una empresa agro-biotecnológica en cuyo directorio se
encuentran Víctor Trucco y Gustavo Grobocopatel, dos de los responsables del
despliegue del modelo sojero en la Argentina. Dicho evento transgénico,
declarado de interés estratégico por el Senado de la Nación y cuyo lanzamiento
está previsto para el año 2015, será un negocio de
propiedad intelectual a partir del cobro de regalías compartidas.
Frente a estos escenarios es importante recordar que históricamente,
desde que se inventó la agricultura hace diez mil años, los productores
agropecuarios reproducen su propia semilla y, en algunos casos, tienden a
experimentar formas de mejoramiento genético mediante los cruces de las
diversas semillas de una misma especie. Como consecuencia, surgió un consenso
mundial para defender ese potencial del productor agropecuario y, por ende, su
existencia como tal. En efecto, se impulsó la prerrogativa del productor de
reproducir su semilla, estableciéndose que ésta debería ser considerada
patrimonio de la humanidad. Antes de los años treinta, la mayor parte de los
proveedores de la semilla comercial eran pequeñas empresas familiares. La
investigación genética era realizada por las agencias de los Estados y otras
instituciones tales como cooperativas. Las empresas semilleras tenían por
finalidad primordial multiplicar y vender las variedades de
semillas desarrolladas en el dominio público.
En 1936 se establece en nuestro país la primera iniciativa para
instituir una protección legal de las variedades de plantas. Ya en ese período
en muchos países en desarrollo, más del 80% de las semillas requeridas por los
agricultores era provisto por la semilla almacenada de la propia cosecha u
obtenida por canales no oficiales. A partir de entonces surgió una legislación
tendiente a restringir estas formas de provisión de la semilla e inducir a los
productores a abastecerse año tras año en las semilleras privadas. De allí que en
los últimos años, en especial a partir de la generación de los híbridos y los
transgénicos, comienzan a tener una enorme primacía las grandes empresas
semilleras transnacionales, que combinan su producción o difusión de la semilla
con la de los agroquímicos producidos por ellos mismos.
La “coexistencia” del agronegocio y la agricultura familiar
Otra de las particularidades del anteproyecto tiene que ver con la
propuesta de integrar los agronegocios y la pequeña agricultura
territorializada (campesinos, indígenas, huerteros, minifundistas y otros
pobladores del campo). De este modo, dos paradigmas, dos visiones del mundo
antagónicas, dos modelos difícilmente compatibles desde el punto de vista
social, cultural, territorial y ecológico, se amalgaman de manera espuria en el
texto de la pretendida reforma.
El planteo de la convivencia/coexistencia de los agronegocios y la
llamada “agricultura familiar” forma parte del discurso que el gobierno
nacional y las empresas asumieron como nueva estrategia de legitimación del
modelo agro-biotecnológico. Dicho planteo está presente de manera explícita en
el anteproyecto para modificar la ley de semillas vigente, y su principal
expresión consiste en la “excepción” de las obligaciones tributarias para con
los denominados “agricultores familiares”, un concepto muy amplio con confusas
referencias empíricas a actores muy diferentes, como “el chacarero” y “el
trabajador sin tierra”. De cualquier modo en la ley aparece como una suerte de
concesión del Estado tendiente a dotar la iniciativa de cierta “apariencia
contemplativa” hacia quienes han sido hasta ahora, junto a los Pueblos
Originarios, las principales víctimas de la expansión del agronegocio. Basta
recordar los asesinatos
perpetrados por el Estado o por privados, en situaciones de
arrinconamiento, para despojarlos de sus tierras.
La llamada “coexistencia” orientó a los principales actores a conformar
una "Mesa de Diálogo" convocada por el Estado (a través de la cartera
de Agricultura Familiar) que reunió a las corporaciones del agronegocio con
algunas de las más importantes organizaciones campesinas (entre ellas, el
Movimiento Nacional Campesino Indígena) y representantes de la Iglesia. Este
encuentro fue resultado de un nuevo clima cultural y político que habilita, a
través del diálogo (entre actores de muy distinta capacidad económica y poder
político), el “consenso” y la “pacificación”. La historia está plagada de
ejemplos que muestran la imposibilidad de estos encuentros pacificadores cuando
lo que está en juego es la tierra y su “limitud”, las ganancias y abultadas
rentas.
Estos nuevos humores culturales que circulan en el mundo de los
agronegocios (y lamentablemente, en algunas organizaciones sociales) se
expresan internacionalmente, y buscan integrar la agricultura de base campesina
y de pequeños productores a las lógicas de los agronegocios. No es un hecho
menor que la FAO haya declarado al presente año como el “Año de la Agricultura
Familiar” y que, repentinamente, haya reconocido la “importancia de la
agricultura campesina” en términos similares y afines a las lógicas de mercado.
Esto se hizo más evidente todavía, con el entendimiento de cooperación
suscripto por la Vía Campesina y la FAO en Roma (Octubre, 2013). Así, las
necesidades de “responsabilidad social” y de “maquillaje verde” del capital
concentrado de la agro-biotecnología, fueron satisfechas mediante
entendimientos que hasta hace poco parecían imposibles. Los propios documentos
de la Vía Campesina denunciaban a la FAO como un
organismo que actuaba monolíticamente junto al Fondo Monetario
Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio en la
ejecución de las medidas económicas necesarias para la expansión global de los
agronegocios. Pareciera que todo ello forma parte del pasado.
Estos mandatos internacionales se articulan nacionalmente con nuevos
roles asumidos por las instituciones que rodean la problemáticas: Universidades
Públicas, Agencias Científicas, el INTA, etcétera.
A modo de conclusión
De aprobarse esta ley, no sólo estaríamos suturando un campo de disputas
en relación con la agricultura, la alimentación y modos de vida, sino que
marcaríamos un fracaso para América Latina, que está logrando parar esta
iniciativa de privatización de la vida en muchos países.
En definitiva, el avance de la frontera sojera representa el correlato
territorial de una ofensiva extractivista general a nivel local y
latinoamericano. Así, la Argentina, con sus fuerzas políticas tradicionales
como administradores de un modelo colonial, profundiza las actividades
extractivas en todas sus variantes: continúa la devastación del corredor andino
con la megaminería contaminante; la cementación urbana con fines de
especulación inmobiliaria; se multiplican los monocultivos forestales y las
papeleras y la industria pesquera sigue depredando nuestros mares. El gobierno
nacional, además, a contramano de la necesidad imperiosa de construir una
matriz energética alternativa -dadas las imprevisibles consecuencias del cambio
climático- prioriza irresponsablemente, como respuesta a la crisis energética,
la construcción de represas hidroeléctricas y nuevas centrales nucleares.
Incluso profundiza la explotación de hidrocarburos no
convencionales o fracking, cuyo andamiaje legal y orientación
estratégica fijara el acuerdo de YPF con la transnacional Chevron el año
pasado.
Afortunadamente, no todo es desazón. A lo largo y a lo ancho del
continente se multiplican las resistencias de los pueblos que optan por la
dignidad de la vida y defienden nuestros territorios y bienes comunes de la
depredación neocolonial del capitalismo. Las formidables resistencias de las
asambleas cordilleranas contra las corporaciones megamineras; las campañas
contra las fumigaciones; la resistencia indígena en defensa de sus territorios
contra el avance sojero; el ejemplo mundial de las Madres de Ituzaingó, la
Asamblea de Malvinas Argentinas y de las organizaciones sociales que impidieron
la radicación de Monsanto en Córdoba; la irreductible lucha de la Asamblea de
Gualeguaychú en contra de las papeleras transnacionales; la emergencia de
nuevas voces en la academia que se inspiran en el legado de Andrés Carrasco
para cuestionar un sistema científico colonizado por las corporaciones; la
juventud que lucha por volver a la tierra para
construir una nueva ruralidad basada en el arraigo y recuperar la
libertad de producir el propio alimento, nos siguen inspirando para continuar
resistiendo a pesar de las adversidades, con la esperanza de edificar una nueva
sociedad basada en la igualdad y profundamente identificada con la naturaleza.
Por lo tanto, frente a este cuadro de situación manifestamos:
- No a la privatización de las semillas. Las semillas son patrimonio de
los pueblos del mundo, símbolos de saberes y culturas. La vida no se patenta.
- No al avance del agronegocio y en particular al anteproyecto para
reformar la ley de semillas en todas sus versiones.
- No la tramposa operación política desmovilizadora que defiende la
“coexistencia de la agricultura familiar con el agronegocio”.
- Nos pronunciamos por un modelo alternativo de país libre de
agronegocios, megaminería, fracking, cementación urbana, energía nuclear,
represas hidroeléctricas, depredación marítima, bosques artificiales y
papeleras.
- Con transgénicos no hay Soberanía Alimentaria. Prohibición de la
modificación genética de alimentos. Por el repoblamiento del territorio
actualmente en manos del agronegocio, la recuperación de los ecosistemas y la
producción de alimentos sanos para los pueblos.
- Por encima de cualquier ley estará siempre la responsabilidad de los
pueblos para garantizar su Soberanía Alimentaria y la de las generaciones
venideras.
Con espíritu amplio y diverso nos convocamos, junto a las personas,
organizaciones sociales, ambientales, campesinas, sindicales, estudiantiles y
políticas que compartan esta lucha para desplegar una intensa movilización y
todas las acciones necesarias para impedir el avance del extractivismo
capitalista en nuestro territorio. Nos declaramos en alerta y movilización
autoconvocándonos al Congreso Nacional al momento de discutirse e intentar
aprobarse este proyecto de Ley de Semillas.
Las adhesiones son recibidas en
semillabiencomun@gmail.com
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