La situación se repite. Nuevamente una escuela rural es rociada con agrotóxicos inescrupulosamente. El hecho sucedió el jueves 01 de noviembre aproximadamente a las 12:30 horas, en la escuela rural Nº 54 ubicada sobre el camino de acceso al Palacio San José a unos doscientos metros del asfalto. El establecimiento actualmente tiene el horario escolar de 8 a 12hs, allí concurren todos los días 15 (quince) niños del nivel primario. Según lo relevado desde la Campaña, la escuela está a menos de 50 metros de lotes agrícolas en donde generalmente realizan tareas de fumigaciones (Imagen Satelital).
Al momento de la fumigación los alumnos ya se habían retirado a sus casas; según manifiesta el docente el viento del sur hacía que la deriva del veneno fuera contra el edificio de su escuela, por lo que tuvo que cerrar puertas y ventanas y refugiarse adentro para protegerse, a pesar de lo cual “el olor era insoportable”. El “mosquito” aplicador se encontraba aproximadamente a 150 mts. de la escuela y su conductor dio por terminada la tarea cuando advirtió que el docente estaba tomando fotografías.
Según lo establece la Res 47 SAA y RN antes de aplicar agrotóxicos en lotes cercanos a viviendas debe notificarse a los moradores con 48 hs de anticipación, la aplicación debe ser controlada por un responsable técnico, además la maquinaria debe estar registrada, con su patente en lugar visible y contar con la receta agronómica del veneno. Al menos la primera de las obligaciones mencionadas no fue cumplida por el fumigador. Cabe entonces dudar de las “buenas prácticas” a las que tanto se apela desde los sectores interesados en minimizar los efectos de los agrotóxicos en la salud.
Consultado sobre la periodicidad de estos hechos el titular de la escuela manifiesta que él está desde principios de este año y que esta es la tercera vez que sucede. Podríamos decir entonces que los alumnos y docentes de la Escuela Rural Nº 54 vienen siendo rociados con agrotóxicos regularmente, a razón de 3 o 4 veces por año. Días pasados un episodio similar se denunció en una escuela rural del depto. Gualeguaychú, el hecho sirvió para recordar un relevamiento de las “escuelas fumigadas” realizado por AGMER en el año 2010 a través del cual la seccional del gremio docente solicitó al Consejo de General de Educación una revisión médica periódica de docentes y alumnos de las escuelas rurales a fin de detectar y prevenir los males en la salud que ocasionan los agrotóxicos. Hasta el día de hoy el expediente con la solicitud gira por los despachos de los funcionarios sin que nada concreto ocurra, salvo la periódica lluvia de veneno, que parece formar parte de la currícula en nuestras escuelas rurales.
Paren de fumigar las escuelas
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