http://w2.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html
54. Llama la atención la debilidad de la reacción política internacional. El sometimiento de la política ante la tecnología y las finanzas se muestra en el fracaso de las Cumbres mundiales sobre medio ambiente. Hay demasiados intereses particulares y muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver afectados sus proyectos... La alianza entre la economía y la tecnología termina dejando afuera lo que no forme parte de sus intereses inmediatos. Así sólo podrían esperarse algunas declamaciones superficiales, acciones filantrópicas aisladas, y aun esfuerzos por mostrar sensibilidad hacia el medio ambiente, cuando en la realidad cualquier intento de las organizaciones sociales por modificar las cosas será visto como una molestia provocada por ilusos románticos o como un obstáculo a sortear.
54. Llama la atención la debilidad de la reacción política internacional. El sometimiento de la política ante la tecnología y las finanzas se muestra en el fracaso de las Cumbres mundiales sobre medio ambiente. Hay demasiados intereses particulares y muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver afectados sus proyectos... La alianza entre la economía y la tecnología termina dejando afuera lo que no forme parte de sus intereses inmediatos. Así sólo podrían esperarse algunas declamaciones superficiales, acciones filantrópicas aisladas, y aun esfuerzos por mostrar sensibilidad hacia el medio ambiente, cuando en la realidad cualquier intento de las organizaciones sociales por modificar las cosas será visto como una molestia provocada por ilusos románticos o como un obstáculo a sortear.
55… Hay
más sensibilidad ecológica en las poblaciones, aunque no alcanza para modificar
los hábitos dañinos de consumo, que no parecen ceder sino que se amplían y
desarrollan. Los mercados, procurando un beneficio inmediato, estimulan todavía
más la demanda. Si alguien observara desde afuera la sociedad planetaria, se
asombraría ante semejante comportamiento que a veces parece suicida.
56. Mientras
tanto, los poderes económicos continúan justificando el actual sistema mundial,
donde priman una especulación y una búsqueda de la renta financiera que tienden
a ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad humana y el medio
ambiente. Así se manifiesta que la degradación ambiental y la degradación
humana y ética están íntimamente unidas. Muchos dirán que no tienen conciencia
de realizar acciones inmorales, porque la distracción constante nos quita la
valentía de advertir la realidad de un mundo limitado y finito. Por eso, hoy
«cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante
los intereses del mercado divinizado, convertidos en regla absoluta»
59. …crece
una ecología superficial o aparente que consolida un cierto adormecimiento y
una alegre irresponsabilidad. Como suele suceder en épocas de profundas crisis,
que requieren decisiones valientes, tenemos la tentación de pensar que lo que
está ocurriendo no es cierto. Si miramos la superficie, más allá de algunos
signos visibles de contaminación y de degradación, parece que las cosas no
fueran tan graves y que el planeta podría persistir por mucho tiempo en las
actuales condiciones. Este comportamiento evasivo nos sirve para seguir con
nuestros estilos de vida, de producción y de consumo. Es el modo como el ser
humano se las arregla para alimentar todos los vicios autodestructivos:
intentando no verlos, luchando para no reconocerlos, postergando las decisiones
importantes, actuando como si nada ocurriera.
61. …
basta mirar la realidad con sinceridad para ver que hay un gran deterioro de
nuestra casa común. La esperanza nos invita a reconocer que siempre hay una
salida, que siempre podemos reorientar el rumbo, que siempre podemos hacer algo
para resolver los problemas. Sin embargo, parecen advertirse síntomas de un
punto de quiebre, a causa de la gran velocidad de los cambios y de la
degradación…
Hay regiones que ya están especialmente en riesgo y, más allá de cualquier predicción catastrófica, lo cierto es que el actual sistema mundial es insostenible desde diversos puntos de vista, porque hemos dejado de pensar en los fines de la acción humana: «Si la mirada recorre las regiones de nuestro planeta, enseguida nos damos cuenta de que la humanidad ha defraudado las expectativas divinas»
Hay regiones que ya están especialmente en riesgo y, más allá de cualquier predicción catastrófica, lo cierto es que el actual sistema mundial es insostenible desde diversos puntos de vista, porque hemos dejado de pensar en los fines de la acción humana: «Si la mirada recorre las regiones de nuestro planeta, enseguida nos damos cuenta de que la humanidad ha defraudado las expectativas divinas»
63. Si tenemos
en cuenta la complejidad de la crisis ecológica y sus múltiples causas,
deberíamos reconocer que las soluciones no pueden llegar desde un único modo de
interpretar y transformar la realidad. También es necesario acudir a las
diversas riquezas culturales de los pueblos, al arte y a la poesía, a la vida
interior y a la espiritualidad. Si de verdad queremos construir una ecología
que nos permita sanar todo lo que hemos destruido, entonces ninguna rama de las
ciencias y ninguna forma de sabiduría puede ser dejada de lado, tampoco la
religiosa con su propio lenguaje…
78. Un retorno a la naturaleza
no puede ser a costa de la libertad y la responsabilidad del ser humano, que es
parte del mundo con el deber de cultivar sus propias capacidades para protegerlo
y desarrollar sus potencialidades. Si reconocemos el valor y la fragilidad de
la naturaleza, y al mismo tiempo las capacidades que el Creador nos otorgó,
esto nos permite terminar hoy con el mito moderno del progreso material sin
límites. Un mundo frágil, con un ser humano a quien Dios le confía su cuidado,
interpela nuestra inteligencia para reconocer cómo deberíamos orientar,
cultivar y limitar nuestro poder.
79. En
este universo, conformado por sistemas abiertos que entran en comunicación unos
con otros, podemos descubrir innumerables formas de relación y participación.
Esto lleva a pensar también al conjunto como abierto a la trascendencia de
Dios, dentro de la cual se desarrolla. La fe nos permite interpretar el sentido
y la belleza misteriosa de lo que acontece. La libertad humana puede hacer su
aporte inteligente hacia una evolución positiva, pero también puede agregar
nuevos males, nuevas causas de sufrimiento y verdaderos retrocesos. Esto da
lugar a la apasionante y dramática historia humana, capaz de convertirse en un
despliegue de liberación, crecimiento, salvación y amor, o en un camino de
decadencia y de mutua destrucción. Por eso, la acción de la Iglesia no sólo
intenta recordar el deber de cuidar la naturaleza, sino que al mismo tiempo
«debe proteger sobre todo al hombre contra la destrucción de sí mismo»
81. El ser
humano, si bien supone también procesos evolutivos, implica una novedad no
explicable plenamente por la evolución de otros sistemas abiertos. Cada uno de
nosotros tiene en sí una identidad personal, capaz de entrar en diálogo con los
demás y con el mismo Dios. La capacidad de reflexión, la argumentación, la
creatividad, la interpretación, la elaboración artística y otras capacidades
inéditas muestran una singularidad que trasciende el ámbito físico y biológico.
La novedad cualitativa que implica el surgimiento de un ser personal dentro del
universo material supone una acción directa de Dios, un llamado peculiar a la
vida y a la relación de un Tú a otro tú. A partir de los relatos bíblicos,
consideramos al ser humano como sujeto, que nunca puede ser reducido a la
categoría de objeto.
82. Pero
también sería equivocado pensar que los demás seres vivos deban ser
considerados como meros objetos sometidos a la arbitraria dominación humana. Cuando
se propone una visión de la naturaleza únicamente como objeto de provecho y de
interés, esto también tiene serias consecuencias en la sociedad. La visión que
consolida la arbitrariedad del más fuerte ha propiciado inmensas desigualdades,
injusticias y violencia para la mayoría de la humanidad, porque los recursos
pasan a ser del primero que llega o del que tiene más poder: el ganador se
lleva todo. El ideal de armonía, de justicia, de fraternidad y de paz que
propone Jesús está en las antípodas de semejante modelo, y así lo expresaba con
respecto a los poderes de su época: «Los poderosos de las naciones las dominan
como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. Que no sea así
entre vosotros, sino que el que quiera ser grande sea el servidor »
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