El 15 de noviembre tuvimos oportunidad de encontrarnos nuevamente con amigos, simpatizantes y periodistas locales, para una reunión de carácter extraordinario, motivada por la visita a Larroque de nuestro inestimable Maestro Jorge Rulli.
Ruben, Kika, Kneeteman presentó a Rulli
de manera sencilla pero muy sentida, destacando su largo historial de luchas y
militancia, su actual forma de vida acorde a las ideas que profesa y difunde, en
lo que llamó una “selva propia”. Citó a Bertolt Brecht para incluir a Jorge entre
los “Imprescindibles que luchan toda la vida” y realizó una suerte de
compromiso, de intentar seguir sus enseñanzas y estar “en el futuro”
aprendiendo como lo ha hecho Rulli toda su vida.
Jorge comenzó acariciando un poco
nuestro ego; manifestó su gusto por estos encuentros, es muy importante que en
un pueblo de 6000 habitantes se pueda dar un grupo de debate, de reflexión como
este, ya que su sola existencia es una forma de presión para que las cosas
cambien.
Nos comentó sobre sus actividades
actuales, las reuniones del GRR y los programas de radio como “Horizonte Sur” y
“Volver a la tierra”, para a partir de este nombre hablarnos de la gente que
busca la deserción urbana, repoblar el territorio de la nación y de la urgencia
de rediseñar este territorio en función de estas necesidades.
Hizo referencia entonces al movimiento
que se está dando en muchos países, de “Ciudades en transición”, en las que la
gente está comprendiendo la gravedad de la crisis y se prepara para
enfrentarla, con municipios que aceptan y promueven las nuevas ideas y pueblos
que participan activamente, modificando conductas, diseñando espacios
comunitarios, montes frutales, fuentes alternativas de energía a escala local,
mercados de cercanía, reducción del consumo de petróleo, viajes compartidos,
uso de la bicicleta, asambleas comunales, democracia directa, un pueblo
empoderándose de su lugar y sus cosas. Aquí, lamentablemente no vemos nada de
eso, parece que mientras muchos buscan
adecuarse para enfrentar la catástrofe, nosotros camináramos contentos hacia
ella.
Hizo referencia a su interés por la
lectura y los viejos y nuevos autores que intentan comprender la crisis del
modelo y buscar alternativas. Algunos están haciendo un rescate de las
relaciones y de la economía de la Edad Media y destacó entonces algunas de
estas ideas: Al desaparecer el Imperio Romano, las aldeas recuperaron su
autonomía, hombres y mujeres equiparados, sin dinero, con más de 100 fiestas
anuales que eran verdaderos encuentros participativos, creadores de cultura, no
espectáculos en los que el espectador se siente y sólo aplaude al artista. El
liberalismo posterior, cambia el diezmo en especie, por dinero; el capitalismo
nace para hacer la guerra, continúa citando de memoria, para abastecer a los
ejércitos, para enriquecer a algunos; se desbastan los bosques para la Armada
de Felipe II, los hijos de los campesinos van al ejército, los reprimen si se
resisten, obligan a los campesinos a trasladarse a la ciudad, a emplearse. A
pesar de esto, la sociedad tradicional persiste, se adapta, hasta que la Segunda
República primero y Franco después la hace desaparecer casi por completo. Sin
embargo aún hoy quedan en Españas tierras públicas, comunitarias que están
comenzando a redescubrirse. La sociedad campesina no es de guerra, es
arraigada, espiritual, produce su alimento con mecanismos de regulación, de
protección. Seguramente no se volverá a esa época, pero saber que alguna vez
fue así, hace menos utópico lo que proponemos.
La revolución francesa, nos dice, y
quizás la rusa, pusieron los sueños de emancipación en lo fabril, en lugar de
la espiritualidad del campesino, y fomentaron el éxodo rural, la urbanización.
El capitalismo busca que nos aislemos, que seamos individualistas, que nos
aprovechemos del otro, en la ciudad vivimos amontonados pero no nos conocemos.
Parece que fuéramos una suma de minorías y no un conjunto de seres humanos con
muchas más semejanzas que diferencias. El concepto de alteridad que
desarrollara el cura en uno de los encuentros es muy importante, nos comenta,
porque alteridad no es diferenciación, es reconocer al otro por lo que tiene de
común conmigo mismo, este es un concepto que genera comunidad.
Lo que está pasando en Japón es un
ejemplo de este individualismo a ultranza, los jóvenes han perdido el deseo de
apareamiento, prefiriendo el placer solitario al encuentro con la otra persona.
En las aldeas, retoma, habían quedado
sólo ancianos, pero ahora, en medio de la crisis, en Grecia, en España, están
volviendo los jóvenes que tratan de recuperar los estilos de vida comunitarios,
aunque han perdido el conocimiento de cómo hacerlo.
La sociedad campesina tenía incorporado
el concepto de belleza; la ciudad en cambio condena al hacinamiento, la basura,
la fealdad. La belleza tiene mucho que ver con la justicia y la libertad. Un
socialismo sin belleza y verdad no le interesa a nadie.
En la historia no nos contaron que había
una sociedad tradicional, con una cultura ancestral esencialmente comunitaria…
Se nos ganó la idea del tener, del dinero, destacarse, “ser alguien”, pero
resulta que uno “es” en el marco del “estar”, el “estar siendo" que nos propone
Kusch (Rodolfo) en su rescate de las filosofías americanas prehispánicas.
El “to be” se comió al estar, en un avance del individualismo
sobre lo comunitario, no es casual que la lengua dominante en el mundo sea una
que no tiene diferencia entre el ser y el estar. Enfatizamos el “yo” y perdemos
la comunidad.
América Latina es esencialmente
comunitaria, uno ve el mestizaje pero también mucho de España en las formas de
producción del campesino. Toda América Latina es coloquial, respetuosa, se podría decir que con excepción de la
Argentina que es el país menos español, en donde nuestra forma de diálogo
tiende a anular el debate.
El ensamble cultural, la originalidad de
América es fantástica, un gran bagaje cultural que perdimos y seguimos
perdiendo. En esta época de límites, uno necesita recuperar esos valores. Por
eso es muy bueno que exista este espacio, que ustedes se den este tiempo para
la búsqueda, para la reflexión… “Si un día un intendente les da bolilla se
hacen famosos” nos dijo a modo de chascarrillo con el que la charla derivó en
anécdotas, cuentos y preguntas de los
concurrentes.
En síntesis un aporte magistral para la
reflexión personal y grupal que nos vuelve a regalar Jorge como en las
anteriores ocasiones.
Muchas gracias al Maestro y a los amigos
y simpatizantes que nos acompañaron en este encuentro.
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