Con una muy buena participación de amigos y simpatizantes (en esta oportunidad superamos los 20) pudimos concretar un encuentro más de este ciclo que nos está dejando muy buena experiencia de reflexión, de preocupación por el verdadero desarrollo de nuestro pueblo y nuestra gente y agradables sensaciones de encuentro, de posibilidades, de aperturas, y por qué no de afectos.
En esta ocasión invitamos al Pbro, músico, compositor, poeta y
Cura Párroco, Jorge Leiva, con la misma consigna que propusimos en los encuentros
anteriores. En este caso, el padre Jorge se orientó más hacia los aspectos
ambientales, ecológicos desde el Magisterio de la Iglesia y la espiritualidad
franciscana en una magnífica exposición integral que condujo con maestría por
los caminos filosóficos, estéticos, comunitarios, generacionales, legales,
simbólicos, científico-tecnológicos, políticos, culturales, educativos,
comunicacionales y por supuesto artísticos.
Como era casi obligatorio, comenzó con una interpretación en
guitarra de un tema musical de Yupanqui para comentarnos luego su agrado de
haber sido invitado y lo importante que le parecía que hubiera grupos de
ciudadanos pensando en Larroque, porque de lo contrario “pensarán en ella los
mercaderes”.
Con una serie de ejemplos tomados de la historia nos fue
explicando cómo el hombre se integra originalmente a una comunidad en la cual
los ritos se constituyen en factor simbólico esencial; las relaciones cósmicas,
la observación de los acontecimientos naturales, imprescindibles para el desarrollo
de la vida, generaba costumbres, tradiciones que debían perdurar en el tiempo,
la memoria comunitaria se sostenía a través de gestos repetidos que se hacían
parte de la cultura, del arte de la estética de la comunidad; el sujeto se
desarrollaba en medio de esta comunidad respetando su memoria, sus símbolos y
tradiciones.
El sujeto rural construía su personalidad de acuerdo a su
entorno. Con la modernidad, en sólo tres generaciones, esta relación se rompió.
La revolución industrial cambió el sentido de aquella forma de
integración del hombre con el entorno, el pensar se volvió técnico-científico.
El concepto de ambiente-recurso deja de lado al de ambiente-casa.
”El logos científico se ha desarrollado tan
poderosamente en los últimos siglos, que ha ido desplazando e incluso, a veces
arrinconando, y anulando el logos filosófico, el logos teológico y el logos
estético…” cita a José
Antonio Merino. “Visión franciscana de la vida cotidiana” Ed Paulinas).
La naturaleza queda reducida a mero objeto de
manipulación. Aunque me parece exagerado divinizar a la naturaleza y hasta
pensar en la tierra como sujeto de derechos, si es cierto que toda la humanidad
debe tutelar a la Creación, recuperar esa mirada totalizadora integral;
recuperar el arte de la memoria y la comunicación de los saberes
tradicionales. De ahí la importancia de que nos juntemos a pensar, de mantener
el debate abierto, de que podamos sostener la memoria viva de la comunidad.
Pero debemos pensar también en el futuro. Aquí hace
mención del Principio Precautorio, desde el punto de vista ético y del
legislativo. Cita a Hans Jonas para
hablar de nuestra responsabilidad con el futuro y sostener que “poner en
peligro los recursos para las futuras generaciones deberá considerarse un
delito”.
Retoma luego en el Magisterio de la Iglesia para
referirse a la necesidad de respetar los ritmos de la naturaleza, en especial
en el cuidado de los bienes no renovables.
Es bueno conocer la relación de los pueblos
originarios con la naturaleza, nos dice, porque es muy simbólica y por ello,
deteriorar el ambiente es deteriorar su cultura y dejarlos a la deriva, sin
identidad ni comunidad que los contenga.
La Ecología como ciencia del ambiente-casa debe ganar
espacios interdisciplinarios, con la Ética, con la legislación. Vivimos en una sociedad
consumista que nos transforma en un mero factor del mercado, sin embargo
modificar este sistema implicaría el cierre de numerosas empresas; por eso
debemos reinvestigar constantemente el impacto de la producción y el consumo
sobre la naturaleza y el hombre. Valorar la real utilidad de las innovaciones.
Los franciscanos proponen una cultura de la
frugalidad. Todos somos responsables de cuidar y promover una cultura que cuide
el ambiente para nosotros y las futuras generaciones. Los científicos, los técnicos,
políticos, legisladores, financistas, comunicadores, publicistas, educadores y
las asociaciones intermedias, somos formadores de conciencia y debemos asumir
nuestra responsabilidad.
Propone también el Principio de Subsidiariedad, que
sostiene la autonomía de las organizaciones sociales de base, El Estado o una
organización superior no debe realizar las tareas que pueden realizar las
organizaciones menores o las personas individuales. Es un principio fundamental
para la vida de la comunidad y debemos defender esta autonomía en busca del
bien común.
Sobre el final analiza las que considera coyunturas
favorables: El despertar de lo religioso, de la relación del hombre con el
misterio, con lo cósmico, la búsqueda de la sabiduría y la sobrevivencia de la Estética
que redescubre lo simbólico, la resistencia del arte que puede mirar el aspecto
simbólico de la naturaleza y enseñarnos a mirar más allá de lo sensorial
concreto.
Preguntado sobre cómo ve a Larroque en este contexto, comenta
que es muy apreciable la capacidad artística y de asociación, pero por otro
lado nos ve muy de “puertas adentro”, poca comunicación entre vecinos y nos
invita a rescatar las fiestas. Entiende que un gran desafío actual es la
comunicación de valores a las nuevas generaciones, la educación que sea capaz
de armonizar libertad y creatividad con memoria y tradición, firmeza con
ternura.
Lógicamente para cerrar escuchamos otro tema musical
en voz y guitarra que con el vuelo poético de Tejada Gómez nos habló de la
naturaleza al comenzar diciendo “Si lo verde tuviera otro nombre debiera
llamarse rocío”, y terminar “Déjame en lo verde celebrar el día porque por lo
verde regreso a la vida…”
Luego comenzó un entretenido, amable y muy interesante
intercambio de ideas que se prolongó hasta pasada las tres de la mañana. Pero
es será tema de una próxima publicación.
Agradecemos a todos los concurrentes, en especial a
los jóvenes que se acercaron por primera vez y muy especialmente al Padre Jorge
por su participación.
Los esperamos en el 6to Encuentro.
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